En la época del Despertar, todos los elfos vivían al este de la Tierra Media, cerca de Orocarni, las Montañas del Este, y a orillas de Helcar, el mar Interior. Pero con el tiempo llegó la llamada de los valar y todos los elfos tuvieron que escoger entre la luz de las estrellas y la promesa de luz eterna. Los que eligieron la luz eterna y emprendieron el Gran Viaje fueron llamados eldar, mientras que los que se quedaron se llamaron avari, «los renuentes».
Los avari se convirtieron en un pueblo poco poderoso, pues su tierra se vio invadida por la barbarie de los Poderes Oscuros y las razas malvadas, de modo que la población de elfos menguó y se ocultó. Se transformaron en sombras y duendes que los ojos mortales no podían percibir. Vivían siempre cerca de los bosques, no construyeron ciudades y no tuvieron reyes. Posteriormente, en las edades del Sol, los avari fueron llamados elfos silvanos o elfos de los bosques, y algunos se desplazaron hacia el oeste y participaron en las grandes empresas de sus parientes eldar, con los cuales ganaron fuerza y prosperidad durante un tiempo, antes de su decadencia definitiva.
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