Adorado por los antiguos egipcios en forma de serpiente con cabeza humana. Los dragones o erpientes alados venerados por los antiguos, se llamaban agathodermones o genios buenos.
Agatodemon, Agatodaimon o Agathos Daimon (en griego: ἀγαθὸς
δαίμων, Agathodaimon, en latín:
Agathodæmon), representa en la mitología griega a un demon benéfico, que
acompaña durante toda la vida a las personas y se manifiesta cuando es
necesario. Como espíritu acompañante personal, es similar a la del genio
romano, lo que garantiza buena suerte, salud y sabiduría. En el cristianismo,
se asimilaría a una especie de ángel de la guarda.
En la mitología griega, también es el “buen o noble
espíritu” de los campos de cereales y viñedos. Era costumbre de los antiguos
griegos beber un vaso de vino puro (sin mezclar) en su honor al finalizar cada
comida (Aristófanes, Equites, 106).
También lo consideraron como espíritu protector del estado y
de los individuos. Sócrates, el célebre filósofo griego (468-400 a. C.), tenía
un daimon semejante que siempre lo acompañaba, según la leyenda.
Como contrapartida de los agatodémones, existirían los
cacodémones, daimones en su versión maléfica.
Lo representan en las obras de arte bajo la forma de
serpiente, o de un hombre joven con una cornucopia, portando un tazón en una
mano, más una amapola y espigas de trigo en la otra.
En mitología egipcia
A Agatodemon se lo asoció con el dios Shu de la mitología
egipcia.
Además, Manetón de Sebennitos comentó que un mítico dios
Agatodemon reinó en el Antiguo Egipto durante 56 años y siete meses, después de
Helios, según figura en el epítome del monje Jorge Sincelo.
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