jueves, 9 de abril de 2015

Abadía, Juana

Joven hechicera de la villa de Sibourre, en Gascuña, estaba un día durmiendo en casa de su padre mientras se celebraban los divinos oficios, un demonio aprovechándose de la ocasión la llevo a una asamblea de brujas en cuya compañía se encontró al despertar, ella observo que el diablo que presidía, tenia en su cabeza dos caras, a semejanza de Jano y después de hacer unas cosas muy inocentes fue otra vez conducida a su vivienda en el mismo carruaje que la había traído, al llegar a su casa se encontró en el lugar de la puerta un relicario que el diablo había tenido la precaución de quitarle del cuello cuando la arrebato, ella misma confeso todos los hechos y no fue quemada porque renunció al oficio de hechicera.

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