Un
mito de vigencia universal. El sentido de defensa y ataque llevado a la calidad
de persona y de deidad.
En
todos los pueblos se halla. En los de la región que ocupaban después los
griegos también hay cultos a Ares. Para los helenos fue un Dios del sentido
bélico y de virilidad acometida más que de la guerra. Eran ellos mucho más
inclinados a la paz.
Aparece
ligado con Eris. Es como su parte femenina. Hermana gemela, de acuerdo con la
concepción más divulgada, representa la lucha en que se ejercita el espíritu de
defensa y de ataque.
Hijo
de Zeus, en el mito griego la madre, Hera, no lo quiere. Ella como los demás
dioses lo aborrecen. Solamente Eris, su hermana, y Afrodita, por las razones
que se apuntan abajo lo tienen en estima, y cuando pueden lo ayudan.
Tiene
una gran potencia masculina. Es de sumo atractivo para la mujer, como todo
lo que entraña fuerza y valor. De ello se tiene los siguientes mitos:
Esta
asociado a Afrodita y a Atena y a Enyo. En los templos se daba culto a algunas
de estas parejas, con el dios y una de estas deidades femeninas.
Afrodita
lo amaba con furia y lo deseaba ardientemente. Un día logra ha hacerlo caer en
sus redes y cuandi Efesto descubre el hecho, forja una cadena en torno de los
dos amantes en el acto mismo de su unión.
Las
mujeres la adoraban en Tegea bajo el nombre de
Gynaikotoinas, es decir, festejo de las mujeres, en el doble sentido de
que ellas le hacen y él es fiesta para ellas.
Se mencionan varios hijos de diferentes madres que el dios habría dado al mundo: Ascálafo, Diómedes de Tracia relacionado con Herácles, Cicno, Meleagro, Flegias que fue raíz de una nación de Piratas y asaltantes.
Su
hijo con Afrodita sería Eros, aunque está versión es tardía y poco fundada
Hesiodo lo hace padre de Deimos y Fobos, nacidos de Afrodita, acaso por una
inferencia lógica: son el miedo y el temor. También Harmonía sería hija de Ares
y Afrodita.
Se
menciona un Antero igualmente hijo suyo.
Puede
pensarse que en algunos de casos el título de “hijo de Ares”, como calificación
poética, ha sido interpretado literalmente como hijo carnal.
Con
todo y ser el dios del valor y el brío bélico fue vencido muchas veces:
Atena sale triunfante de él, como mostrando que más
vale la discreción que la fuerza.
Los
gigantes hijos de Aleo lo atraparon y lo tuvieron prisionero en una gran caja
de bronce durante trece meses. Al fin Hermes lo vino a liberar cuando estaba
próximo a la muerte.
Heraclés
en un ocasió lo hizo huir hacia el Olimpo para no caer en manos del héroe.
Sobre
su nacimiento existen varias tradiciones. Una de ellas le hace hijo legítimo de
Zeus y Hera, sin embargo hay otra especialmente curiosa que relata el
nacimiento de este dios de la siguiente manera: tras el nacimiento de Atenea,
la diosa de la Razón y de la Inteligencia, la gran diosa Hera celosa de todo lo
que tuviera que ver con su marido y en lo que ella no tuviera que ver con su
marido y en lo que ella no estuviera implicada decidió por un tiempo del
Olimpo, buscando refugio en el templo de una de las diosas más sencillas, la
dulce Cloris, diosa de las Flores y de los Jardines.
Como
agradecimiento, Cloris le concedió el don del nacimiento de Ares a la
todopoderosa Hera, éste ocurrió de la
siguiente forma, una vez que Hera se encontraba en el interior del Templo de
Cloris, la diosa de las Flores, le pidió que recogiera una flor realmente
hermosa del campo Oleno, uno de los jardines consagrado a la diosa. Al realizar
dicho mandato, Hera observó asombrada cómo de la flor que ella había recogido
nacía un hermoso niño, el que sería declarado como el todopoderoso dios de la
Guerra, Ares.
La
educación del joven dios fue encargada a
uno de los titanes, hermano de Prometeo y Epimeteo, que le introdujo en las
artes del ejercicio corporal y la danza.
Poseedor
de un carácter violento y brutal, su apostura le propició multitud de amantes,
tanto humanas como divinas sucumbieron a los “encantos” del dios, aunque su
relación más importante tuvo sin lugar a dudas después de postrarse ante los
pies de Afrodita, la diosa del Amor y la más bella de todas. Aunque también
fueron las más desgraciadas, porque al
ser descubierto por Hefesto, esposo de su amante, cuando mantenía relaciones
con ella, tuvo que someterse al juicio de los dioses que le desterraron
temporalmente del Olimpo.
Ares
se encargó de regular las normas imperantes en la guerra, así se comenzó a usar
el hierro en la fabricación de armas, a la vez que empezó a crear las tácticas
y reglas necesarias para el ataque y la defensa, normas que ideó durante su
cautiverio. A pesar de toda su bravura, Ares estuvo preso durante año y medio,
encerrado en una vasija por Aloos, Oto y Efialtes -gigantes con los que lucharon los
dioses olímpicos-,
hasta que Hermes consiguió liberarle.
A
pesar de la importancia de este dios, cuenta con una tradición bastante
limitada puesto que un pueblo como el griego, que se ufanaba de su carácter
pacífico, prefería los relatos en los que Ares era derrotado por alguno de los
otros dioses, principalmente por Atenea, ya que creían que estos dos dioses
componían una dualidad, en la que por un lado hay que entender la razón y por
otro la fuerza.
Sin
embargo, lo que para los griegos
constituía un rechazo, para los romanos se convirtió en fuente de admiración.
Un mundo como el romano, preocupado fundamentalmente por la expansión guerrera,
asimiló perfectamente el Ares griego a una deidad antiquísima a la que se
rendía culto en el Lacio. Dicho dios era Mars, lo que propició que el Ares
griego se convirtiera en el Marte romano.
De
hecho, en Roma, ya convertido en Marte, tenía un cuerpo de sacerdotes, los
salios palatinos, dedicados al cuidado del templo y las fiestas instauradas en
su honor, que se celebraban en el mes de marzo, consagrado al dios de la
Guerra. Durante la celebración de estas festividades, los sacerdotes realizaban
en honor del dios diferentes danzas con escudos y espadas. Además de tener
dedicadas las tradicionales fiestas
Quinquatrus, el Tubilistrium y los Equirria, que consistían en desfiles de
caballos y carreras de carros de guerra.