
Roban todo lo que encuentran y lo guardan en escondrijos secretos en territorio de Hadas. Ellas dicen que sólo están tomando prestados los objetos, pero es sabido que las hadas no tienen mucha memoria para las obligaciones. Cuando recuerdan que deben regresar lo tomado, usualmente muchos años después, ya han olvidado dónde escondieron el tesoro.
Los Dedos de Luz muchas veces han descubierto sus propios tesoros creyéndolos de otros y habiendo olvidado dónde estaban. Volviéndoselos a llevar, se robaban a sí mismas lo que antes habían hecho desaparecer de otro lado. Los Dedos de Luz viven vidas de pacíficos días, a pesar de que a veces tienen altercados con sus víctimas.
De verdad ellas disfrutan con estas travesuras, observando a los enloquecidos humanos buscar sus cosas perdidas. Semejan niños de alrededor de 8 o 9 años, son muy delgadas y bajitas, y sus dedos tienen una luminiscencia clara, que se intensifica cuando han encontrado algo que robar, brillando como estrellitas en las finísimas yemas.
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