lunes, 13 de mayo de 2019

RAÚL OSIEL MARROQUÍN «El sádico»


Como resultado de las investigaciones realizadas por la AFI (Agencia Federal de Investigación) y la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada, de la Procuraduría General de la República fue detenido el 23 de enero de 2006 en el Distrito Federal el secuestrador y homicida Raúl Osiel Marroquín Reyes, «El sádico». Las investigaciones que llevaron a la detención de Marroquín iniciaron el 30 de noviembre de 2005, con motivo de la denuncia del secuestro de un empleado de una televisora, por quien exigía 120 mil pesos. Sin embargo, el cuerpo sin vida de esta persona apareció el 9 de diciembre en las inmediaciones del Metro Chabacano.
«El sádico», quien también utilizaba el alias de «Carlos» es originario de Tampico, Tamaulipas donde cursó sus estudios hasta la preparatoria, para posteriormente ingresar a la Escuela Médico Militar. Osiel ya presentaba antecedentes penales, pues estuvo preso por el delito de robo con violencia. Su primera deuda con la sociedad constó de 14 meses de encierro y la pagó de mayo de 2004 a agosto de 2005.

De acuerdo a las propias palabras de Marroquín, éste contaba con un cómplice de nombre Juan Enrique Madrid Manuel quien le ayudó a someter a las víctimas a lo largo de los seis secuestros en los que se vieron envueltos. Pese a que la primera incursión como secuestrador de «El sádico» fue fallida al no poder cobrar un sólo centavo por su víctima, los siguientes cuatro secuestros le dejaron una ganancia de 109 mil pesos.
«El sádico» aseguró que hizo un bien a la sociedad al elegir como sus víctimas a jóvenes homosexuales a quienes secuestró y asesinó. Al menos cuatro víctimas fueron ahorcadas por este joven, sus cuerpos fueron abandonados en el interior de maletas halladas en diciembre de 2005 en diversos puntos de la Ciudad de México, como en las inmediaciones del Metro Chabacano y la colonia Asturias. Este asesino serial aseguró que aunque no tenía nada contra los homosexuales, para él era fácil elegir este tipo de víctimas al frecuentar bares y restaurantes de la Zona Rosa.
El modus operandi del asesino serial y secuestrador consistía en contactar a hombres jóvenes en cafés y centros nocturnos de la Ciudad de México, en donde entablaba su amistad, una vez obteniendo la confianza de su víctima los invitaba a un hotel. En dicho lugar Marroquín Reyes interrogaba a sus acompañantes para determinar si contaban con recursos económicos y, en caso de no tenerlos, eran liberados. En cambio los que disponían de dinero eran llevados con engaños al departamento del homicida, donde eran sometidos, ultrajados y asesinados.
Este asesino serial asegura no tener remordimientos. «El sádico» se caracterizó por torturar a sus víctimas, con un patrón de conducta específico en el que incluso como «trofeo» se quedaba con las credenciales de elector. Cabe señalar que a una de sus víctimas le arrancó la piel de la frente con una navaja para realizar la figura de una estrella.

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