miércoles, 15 de mayo de 2019

APIS


TRANSLITERACIÓN: Hp(w)
NOMBRE EGIPCIO: HEPU/HAPY.
NOMBRE GRIEGO/ROMANO: APIS/ÉPAFO.
ICONOGRAFÍA: Hombre con cabeza de toro, disco sobre creciente lunar y dos altas plumas. En las manos lleva el pilar dyed de Osiris, dios con el que se le fusiona tras su muerte. 

Toro negro con patas y vientre blanco, disco solar sobre la cabeza y/o ureo. En la iconografía tardía lleva la luna.
SINOPSIS: Fue el heraldo de Ptah, símbolo de la fecundidad del suelo y del poder germinador.
Constatado desde la dinastía I (piedra de Palermo), permaneció en el panteón hasta el Periodo Ptolemaico.
Relacionado con Osiris; según la leyenda fue engendrado gracias a un rayo de luz solar que fertilizó a una vaca, mamífero que personificaba a Isis.
El bienestar de Apis era motivo de preocupación para los egipcios, por ello vivía en un palacio en Menfis y, a su muerte, era cuidadosamente momificado, si escatimar medios, amuletos ni rituales, y enterrado en tumbas específicas para él (Serapeum de Sakkara). Entre su ajuar funerario encontramos un número importante de ushebtis.
En vida se le proveía de un harén de vacas sagradas, que a su vez simbolizaban las 7 Hathor; al morir se convertía en Osorapis.
La elección de un nuevo toro Apis, encarnación terrestre del dios, era muy rigurosa e importante para el pensamiento egipcio. El animal tenía que poseer 29 marcas específicas como prueba de que el toro era la verdadera encarnación del dios.
Aunque ya desde el Reino Nuevo estaba relacionado con Osiris, el culto de Apis, con Ptolomeo I se fusionó completamente con el dios del Más Allá, dando origen a una nueva divinidad llamada Serapis, es decir, Apis identificado con Osiris al morir. Esta creación habría sido ordenada por mandato real, tras un sueño del monarca.
Relacionado en los primeros tiempos con el dios solar, fue la deidad más importante de la fertilidad. Más tarde, se identificó en vida a Ptah, manifestándose como su encarnación animal (dinastía XXVI). También podía llevar el título de “Hijo de Ptah” como una emanación del mismo dios. A partir de Reino Nuevo, según el papiro Harris, se entendió que Apis era el ba de Ptah y comenzó a ser citado como su “heraldo”.
En el último periodo de la civilización faraónica, se convirtió en dios de los muertos con carácter psicopompo y se entendió que el dios conducía al difunto hasta su tumba, le ayudaba y protegía para que el finado controlara los cuatro vientos del Más Allá.
Es curioso que en algunos textos egiptológicos exista cierta confusión a la hora de distinguir el animal en que se manifiesta Apis. Sabemos que este mamífero se apareaba, por lo que, sin duda, no podemos hablar de un buey, que no es más que un toro castrado, y sí de un toro.

No hay comentarios:

Cihuateteo

Son la reencarnación femenina de las mujeres nobles que perdían su vida en labores de parto, las cuales guiaban al sol, junto a su v...