De las sirenas se dice que son perversas y malas, pero en el
caso de las sirenas de Cantabria esto no es cierto. Nuestras sirenas son seres
adorables.
Es cierto que se
enfadan cuando algún marinero canta o silba, pues creen que es una burda mofa
de sus delicados cantos, y en estos casos se juntan muchas de ellas y nadan
formando remolinos alrededor del barco para asustar al marinero cantarín, pero
eso es todo.
No son mujeres-pez, sino mitad mujer mitad pez, como los
tritones y la diferencia es que ellas siempre han vivido en el mar, aunque
alguna vez las sirenas pueden transformarse en mujeres pero sólo por un tiempo.
El marinero que captura una sirena, lo cual es muy difícil,
recibe un premio de Lantarón: el derecho a casarse con ella. Para ello el
pescador debe besar en seguida a la sirena, cuya cola se transforma en dos
hermosas piernas.
Además la sirena le entrega su espejo de nácar, que él debe
esconder para que ella no lo encuentre, pues si así fuera, el hechizo se
rompería y ella regresaría al mar. Esto explica por qué las ex-sirenas no aman
a sus maridos ante la esperanza de volver algún día a su querido mar...La
sirenuca de los ojos turquesa fue una bellísima sirena que fue capturada por un
pescador... besada y, por tanto, transformada en mujer y esposa de aquel
hombre...
Se convirtió, por tanto, en una guapísima moza de Castro
Urdiales que acostumbraba a mariscar en los cantiles más peligrosos para cantar
al compás de las olas... Un buen día... nuestra sirena al arrancar un erizo
rojo como la herrumbre descubrió una bolsita entre las rocas que contenía su
querido espejo de nácar y al verse reflejada en él... se transformó de nuevo en
la sirena que había sido...
Dicen, que el pescador desesperado, se arrojó desde lo alto
de un acantilado y se estrelló contra las rocas maldiciendo a Lantarón y a las
sirenas...
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