Los libros, esos instrumentos tan importantes para el
progreso de la cultura, han sido y siguen siendo, en ocasiones, un objeto de
persecución, maldito en muchos casos. La mayoría de esos libros algunos
extraordinarios y muchos otros malditos o prohibidos están relacionados con lo
inexplicable: la magia, la hechicería, lo sobrenatural, la religión, la
espiritualidad o la eternidad.
Hay libros, de hecho, sobre los que parece haber caído una
maldición ancestral. Y la historia está repleta de casos en los que se han
perseguido textos prohibidos o han existido libros en torno a los cuales se han
sucedido crímenes y otros hechos luctuosos.
Evidentemente no todos los libros condenados son científicos
o mágicos, los hay también políticos.
El Libro de Enoc (abreviado 1 Enoc) es un libro
intertestamentario, que forma parte del canon de la Biblia de la Iglesia Copta
pero no es aceptado como canónico por las demás iglesias cristianas. Las únicas
versiones íntegras de este libro que se conservan están en ge'ez, lengua
litúrgica de la Iglesia etíope, pero son conocidas varias partes en griego,
siríaco, armenio, árabe y latín y un fragmento en copto. Además han sido
encontrados varios fragmentos en arameo y uno en hebreo (4Q317), en Qumrán. La
tradición atribuía su autoría a Enoc (transcrito también como Henoc o en inglés
Enoch), bisabuelo de Noé. En la actualidad se cree que el texto fue redactado
por varios autores judíos entre los siglos III a. C. y I.
(H.P.Lovecraft)
Breve pero completo, resumen de la historia de este
libro, de su autor, de diversas traducciones y ediciones desde su redacción (en
el 730) hasta nuestros días.
Edición
conmemorativa y limitada a cargo de Wilson H: Shepherd, The Rebel Press,
Oakman, Alabama.
El título original
era Al-Azif, Azif era el término
utilizado por los árabes para designar el ruido nocturno (producido por los
insectos) que, se suponía, era el murmullo de los demonios. Escrito pot Abdul
al Hazred, un poeta loco huido de Sanaa al Yemen, en la época de los califas
Omeyas hacia el año 700. Visita las ruinas de Babilonia y los subterráneos
secretos de Menfis, y pasa diez años en la soledad del gran desierto que se
extiende al sur de Arabia, el Roba
el-Khaliyeh, o "Espacio vital" de los antiguos, y el Dahna, o "Desierto Escarlata"
de los árabes modernos. Se dice que este desierto está habitado por espíritus
malignos y monstruos tenebrosos. Todos aquellos que aseguran haber penetrado en
sus regiones cuentan cosas extrañas y sobrenaturales. Durante los últimos años
de su vida, Alhazred vivió en Damasco, donde escribió el Necronomicon (Al-Azif) y por donde circulan terribles y
contradictorios rumores sobre su muerte o desaparición en el 738. Su biógrado
del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asesinado por un monstruo
invisible en pleno día y devorado horriblemente en presencia de un gran número
de aterrorizados testigos. Se cuentan, además, muchas cosas sobre su locura.
Pretendía haber visto la famosa IIrem, la Ciudad de los Pilares, y haber
encontrado bajo las ruinas de una inencontrable ciudad del desierto los anales
secretos de una raza más antigua que la humanidad. No participaba de la fe
musulmana, adoraba a unas desconocidas entidades a las que llamaba Yog-Sothoth
y Cthulhu.
En el año 950, el Azif, que había circulado en secreto
entre los filósofos de la época, fue traducido ocultamente al griego por
Theodorus Philetas de Constantinopla, bajo el título de Necronomicon. Durante un sigo, y debido a su influencia, tuvieron
lugar ciertos hechos horribles, por lo que el libro fue prohibido y quemado por
el patriarca Michael. Desde entonces no tenemos más que vagas referencias del
libro, pero en el 1228, Olaus Wormius encuentra una traducción al latín que fue
impresa dos veces, una en el siglo XV, en letras negras (con toda seguridad en
Alemania), y otra en el siglo XVII (probablemente en España). Ninguna de las
dos ediciones lleva ningún tipo de aclaración, de tal forma que es sólo por su
tipografía que por lo que se supone su fecha y lugar de impresión. La obra,
tanto en su versión griega como en la latina, fue prohibida por el Papa
Gregorio IX, en el 1232, poco después de que su traducción al latín fuese un
poderoso foco de atención. La edición árabe original se perdió en los tiempos
de Wormius, tal y como se dijo en el prefacio (hay vagas alusiones sobre la
existencia de una copia secreta encontrada en San Francisco a principios de
siglo, pero que desapareció en el gran incendio). No hay ningún rastro de la
versión griega, impresa en Italia, entre el 1500 y el 1550, después del
incendio que tuvo lugar en la biblioteca de cierto personaje de Salem, en 1692.
Igualmente, existía una traducción del doctor Dee, jamás impresa, basada en el
manuscrito original. Los textos latinos que aún subsiten, uno (del siglo XV)
está guardado en el Museo Británico, y el otro (del sigo XV) se halla en la
Biblioteca Nacional de París. Una edición del siglo XVII se encuntra en la
Biblioteca de Wiedener de Harvard y otra en la biblioteca de la Universidad de
Miskatonic, en Arkham; mientras que hay una más en la biblioteca de la
Universidad de Buenos Aires. Probablemente existían más copias secretas, y se
rumoreaba persistentemente que una copia del siglo XV fue a parar a la
colección de un célebre millonario americano. Existe otro rumor que asegura que
una copia del texto griego del siglo XVI es propiedad de la familia Pickman de
Salem; pero es casi seguro que esta copia desapareció, al mismo tiempo que el
artista R.U.Pickman, en 1926. La obra está severamente prohibida por las
autoridades y por todas las organizaciones legales inglesas. Su lectura puede
traer consecuencuas nefastas. Se cree que R.W.Chambers se basó en este libro
para su obra El rey en amarillo.
CRONOLOGÍA
1.
Al-Azif es escrito en Damasco en
el 730 por Abdul Al-Hazred.
2.
Traducción al greigo con el título
de Necronomicon, a cargo de Theodorus Philetas, en el 950
3.
El patriarca Mihael lo prohíbe en
el 1050 (el texto griego). El árabe se ha perdido.
4.
En 1228, Olaus traduce el texto
griego al latín.
5.
Las ediciones latina y griega son
destruidas por Gregorio IX en 1232.
6.
En 14... (?) aparece una edición
en létras góticas en Alemania.
7.
En 15... (?) el texto griego es
impreso en Italia.
8.
En 16... (?) aparece la traducción
al castellano del texto latino.
El Libro de San Cipriano es un grimorio, es decir, un libro
que recoge fórmulas mágicas, atribuido a San Cipriano de Antioquia, el santo
mago por excelencia, y en el que una parte fundamental se ocupa del desencanto
de tesoros, incluyendo también, en muchas de sus ediciones, una lista de
tesoros del Reino de Galicia y de partes de Portugal, con localizaciones
detalladas de dónde encontrarlos.
Enchiridión del Papa León III
El Enchiridión del Papa León III (Enchiridion Leonis Papae) es un libro que técnicamente no es un grimorio: No ofrece instrucciones para rituales mágicos, pero es una colección de encantamientos convertidos en oraciones, acompañados por misteriosas figuras supuestamente tomadas de antiguos manuscritos raros. No debe confundirse con el Enquiridión o Manual de Epicteto que también es un pequeño manual, pero con consejos éticos estoicos y fue compilado por Flavio Arriano, un alumno de Epicteto, en 135.
Manuscrito Voynich
El Manuscrito Voynich, que se encuentra
en la Biblioteca Beinecke de Libros Raros de la Universidad de Yale, es un
misterio porque nadie lo puede leer: los extraños símbolos que pueblan este
libro de 116 páginas, de las que se han perdido 14, son un enigma.
Muchos creen que para leerlo se
necesitaría una clave que hasta la fecha nadie ha podido descifrar. Y aún hay
más: parte del libro consiste en un herbario del cual no se ha podido
identificar ninguna de las plantas.
Está iluminado con nume¬rosos dibujos:
unos parecen astrológicos, otros son diagramas circulares, hay partes aisladas
de plantas junto a frascos de farmacéutico y figuras humanas, en su mayoría
muje¬res desnudas, unidas por complejos entramados de tubos y bañándose en
estanques en lo que parece ser una alegoría del organismo humano. Todos los
intentos por descifrar su contenido han sido inútiles.
Es uno de los tantos libros que
permanecen en los rincones sombríos de la Historia, como el Código de Copiale,
Las estancias de Dzyan, El manuscrito Mathers, La Biblia del Diablo, Libro de
Soyga o Excalibur.
Más información sobre el tema en el
artículo ¡Qué libros tan raros!, escrito por Miguel Ángel Sabadell. Puedes
leerlo en el dossier del último monográfico de Muy Historia, dedicado a los
grandes enigmas de todos los tiempos.
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