En el paisaje
cántabro... todo está vivo: los arroyos, las fuentes, el viento, las nubes, el
bosque, las casas... y esto es así, porque la Naturaleza toda entera... está
habitada por unos seres minúsculos que la animan: los duendes.
Los duendes
no son seres divinos ni son hombres en miniatura, aunque participan de algunas
características humanas y poseen ciertos poderes sobrenaturales.
Quienes han
tenido la ocasión de verlos, afirman que el cuerpo... es más o menos parecido
al nuestro, aunque de tamaño mucho más pequeño... No por ser de baja estatura
carecen de fuerza y poderes más que humanos.
Son
capaces de adivinar el futuro, de ver lo oculto, de transformarse en lo que
quieren, de hacerse invisibles, de desafiar las llamadas leyes de la
Naturaleza... Son estos poderes los que hacen que los hombres sientan hacia
ellos miedo y respeto.
En cuanto a
su componente humano, lo que mejor los caracteriza son sus inagotables ganas de
broma... Hay duendes compasivos, los hay cascarrabias, los hay cantarines...
los hay muy diferentes... pero lo que no hay, es duende que no sea juguetón,
bromista, amigo de burlas y risas.
Quizás,
a esto se deben las muchas arrugas que les surcan el rostro... y que los hace
parecer más viejos de lo que son en realidad... Aunque hay quien dice que son
así y que nunca mueren... Una segunda característica de los duendes, en
general, es la compasión... Son, si se me permite la expresión, buenas
personas... pues siempre están dispuestos a ayudar a los hombres.
Los
duendes pueden ser hogareños... o también pueden ser campestres.... Los duendes
hogareños viven cerca de las casas o incluso dentro de ellas y... además de ser
muy serviciales, traen buena suerte... A cambio, se contentan con una escudilla
de leche, que las amas de casa no deben olvidar ponerles en algún rincón si no
quieren ser objeto de alguna de sus trastadas.
El Trenti
El Tentirujo
El Duende Zahari
El Trasgu
Trostalillo
El Trenti
El Tentirujo
El Duende Zahari
El Trasgu
Trostalillo
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