Duende
que baja de noche por la chimenea, revolviendo y escondiendo las cosas para que
nadie las encuentre...
Imita los
sonidos de todos los animales de la cuadra y asusta a quien duerme con sus ayes
y risotadas.
De día, y
pese a su cojera... se hizo daño una vez al descender por una chimenea.... se
sube a los árboles, desde donde tira chinitas a la gente...
Son
duendecillos que habitan bosques y que se dedican a hacer trastadas y burlas a
los humanos, sobre todo a sarrujanes y mozas.
Son muy
pequeños, con cara negra y ojos verdes, pícaros y burlones.... y, como han de
pasar desapercibidos sus ropajes son túnicas de hojas de castaño y verde
musgo.
Forman su
traje encarnadas cortezas de aliso, puestas por el revés, cosidas con hiedra.
Quien oye su
voz burlona y cínica cuando bajan de los montes siempre ha de
acabar sufriendo travesuras tales como que le
escondan la leche, el quesu y otros alimentos mientras estos se ríen de los
esfuerzos por encontrar las cosas donde las puso.
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