LA CAIDA DE LUCIFER
Léanse Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:1-19
La Biblia declara que en el principio Satán, entonces
llamado Lucifer, era un ser sin pecado y justo. El registro habla de la
integridad y justicia originales del gran arcángel con estas pa labras,
"Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste criado, hasta
que se halló en ti maldad" (Ezequiel 28:15). Es difícil para nosotros
comprender que esta criatura malvada, ahora el archienemigo de Dios y del
hombre, en un tiempo fué un ser santo, y guardián del trono de Dios. Que él fué
un objeto de la confianza divina, un arcángel a quien se le confió una gran
autoridad, y que por un tiempo descargó sus deberes sin falta alguna y en
obediencia perfecta a Dios. Que, lejos de ser un ad versario de Dios, él era
"querubín grande, cubridor" (Ezequiel 28:14), cuyos hechos y conducta
estaban por encima de toda sospecha, y que gozaba de la confianza de Dios a tal
grado que el cuidado del cielo estaba confiado en sus manos.
EL ESTADO ORIGINAL DE LUCIFER
Las Escrituras describen con algo de detalle el estado origi
nal de este ser exaltado. Era hijo de la mañana, el portador de luz del cielo.
El poseía una autoridad que, hasta donde sabemos, era solamente inferior a la
de Dios Mismo. Como el "querubín grande, cubridor", él reinaba como
virrey en el monte santo de Dios (expresión bíblica para el reino de Dios).
"Más sabio que Daniel" (Ezequiel 28:3), no había secreto entre las
huestes an gelicales que estuviera escondido para él.
QUE HIZO QUE LUCIFER CAYERA?
Entonces, cómo sucedió que este poderoso arcángel, Lucifer,
hijo de la mañana, cayera de su posición exaltada a las profun didades de la
depravación para convertirse en el príncipe de las tinieblas? Con respecto a
esta pregunta profunda, las Escritu ras no guardan silencio. Lucifer era la
perfección de la belleza. Poseía una per
sonalidad y encanto que arrebata la admiración de la hueste
del cielo. No es raro para aquellos que están dotados de una belleza
excepcional que adquieran un deseo desordenado por la ad miración de los otros.
Lucifer, aun cuando era de la orden ange lical, no era una excepción a esta
debilidad. Ezequiel 28:17 declara, "Enaltecióse tu corazón a causa de tu
hermosura". El registro indica que en el curso de los acontecimientos,
"Lucifer desarrolló un nacicismo extraño. Poco a poco, él permitió que el
centro de su universo variara de Dios a él. El no lo hubiera admitido, empero
en verdad se estaba efectuando un cambio en su carácter de un portento
siniestro y aterrador.
LUCIFER CORROMPIDO POR LA AMBICIÓN PERSONAL
Lucifer poseía dones raros. Había sido dotado con gran sa
biduría y conocimiento, y a él se le confiaron muchos de los secretos de la
creación. Por razón de estos dones y habilidades singulares, Dios lo había
exaltado a la posición de virrey sobre Su creación. En esta posición clave, se
le permitió a Lucifer, con su sabiduría e inteligencia superior, tener un
conocimiento profundo de los misterios del universo.
Pero hay un reino en el cual están involucrados los
propósitos eternos de Dios —y al cual se puede entrar solamente por una fe y
confianza reverentes. Solamente Dios conoce el fin desde el principio (Hechos
15:18). El, cerno Creador, es el Juez de lo que es sabio y justo (Génesis
18:25). Lucifer, cegado por la ambición, escogió poner en duda la sabiduría de
la voluntad divina, y al hacerlo, cometió un error funesto y trágico.
Qué fué lo que había en la voluntad de Dios que había lle
gado a ser desagradable a Lucifer? La razón no queda escon dida para nosotros.
Se nos dice expresamente que Satán intentó ensalzar su solio "en lo alto
junto a las estrellas de Dios" a fin de ser "semejante al
Altísimo" (Isaías 14:12-14). Pero Dios, en Su plan eterno había reservado
este ensalzamiento, no para Lu cifer, sino para Cristo. Le ha sido dado a
Cristo solamente sentarse con el Padre en Su trono (Apocalipsis 3:21). Lucifer,
aun cuando era virrey, el arcángel principal y el querubín un gido, tendría una
posición inferior a Cristo. Cuando se hizo evi dente a Lucife que no iba a
tener la posición suprema, él vio sus ambiciones frustradas. Fué ésto lo que
resultó en su rebelión. Parecerá extraño que un ser creado pudiera desarrollar
tal pa sión para un autoensalzamiento, pero el caso no es más extraño que el de
algunas personas hoy en día, quienes, por razón de una ambición personal desmedida,
siguen adelante imprudente mente en su propia voluntad a un destino similar al
de Lucifer.
LA REBELIÓN DE LUCIFER
Hasta ese momento, Lucifer había desempeñado sus deberes sin
culpa alguna y sin falta. No había razón para que hiciera él de otra manera.
Empero la hora había llegado cuando la re belión nació en su corazón. Aun
cuando Dios le había dado todo menos el trono, Lucifer no estaba satisfecho. El
sueño de un reino universal, en el cual él tuviera el poder supremo, agitó una
ambición inquieta en su interior. Aparentemente no hizo intento alguno para
reprender este espíritu impío de autoexaltación, sino que le dio pleno
estímulo. La semilla malvada del orgullo, per mitida en su enraizamiento,
continuó creciendo. Al final le pro dujo una cosecha de miseria y aflicción
para sí, y para aquellos que lo siguieron, que solamente el Ser Infinito puede
amillarar en toda su extensión (la. Timoteo 3:6).
La historia de la autoexaltación, rebelión y caída subsecuen
te de Lucifer es relatada en lenguaje breve pero claro en Isaías 14:12-14:
"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! momento que el plan
era de una naturaleza tan asombrosa que estremeció hasta a los ángeles fieles.
Cortado fueste por tierra, tú que debilitabas las gentes. Tu
que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto junto a las estrellas de
Dios ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados
del aquilón; sobre las al turas de las nubes subiré, y seré semejante a!
Altísimo."
COMO PODÍA LUCIFER ESPERAR TENER ÉXITO EN SU REBELIÓN?
Pero aún una persona malvada, y especialmente uno tan
calculador como Lucifer, no comete un crimen a menos que vea alguna esperanza
de éxito. Cómo podía esperar este falso arcángel tener éxito en una aventura
que desafiaba al Creador para quedarse con Su trono? Poseyendo la sabiduría que
él te nía de la omnipotencia divina, cómo podía esperar tener éxito en una
contienda con la voluntad eterna de Jehová ? Aun cuando los perversos de este
mundo en su necia ignorancia pueden pre sumir de desafiar a Dios, con todo, las
circunstancias de sus ac tos no son las mismas que en el caso que tenemos a
considera ción. Los infieles y los ateos nada saben de Dios. Por el contra rio,
Lucifer participaba en los consejos divinos y tenía conoci miento de muchos de
los secretos del Creador. Lucifer sabía lo que hacía. Es seguro que la rebelión
del diablo no fué nacida del impulso del momento, sino que fué el resultado de
un plan fría mente calculado que había sido cuidadosamente meditado duran te un
período de tiempo. Aun cuando era diabólico en su carácter, sin embargo probó,
en muchos respectos, ser sólido estratégi camente. No le damos al diablo su
merecido si no concedemos que él tenía bastante razón para esperar la victoria.
Que los planes de Satanás fueron elaborados astutamente, queda eviden ciado por
el hecho de que su conspiración malvada sí triunfó en un grado asombroso. En
lugar de haber sido rápidamente sofo cada, esta rebelión terrible ha continuado
hasta este día —aun que, seguramente, ya sus días están contados (Apocalipsis
12: 12).
El hecho es que si Dios no hubiera previsto la entrada del
mal en el universo y hubiera preparado un plan por anticipado, para
contrarrestarlo —un plan que El mantuvo en secreto, y del cual ni los ángeles
buenos ni los malos tenían conocimiento— la rebelión de Satán habría tenido
éxito en hacer pedazos todo Su programa. Pero Dios lo había previsto todo y se
había pre parado. Tomaremos nota, a su debido tiempo, de lo que era esta
contramedida que Dios tenía en reserva. Sea suficiente por el
CAPITULO II
EL PLAN DE SATÁN PARA DERROCAR EL TRONO DE DIOS
Tomemos nota ahora del plan de Satanás para elevar su trono
arriba del de Dios, y las razones por las cuales él creía que tendría éxito.
Porque es evidente que debe haber tenido alguna razón, porque ni siquiera
hubiera intentado algo en lo que no tenía esperanza de triunfar.
Sabemos que Dios le había dado a Lucifer el poder y
autoridad, como virrey sobre Su creación. Era su responsabilidad haber guardado
los intereses del reino de Dios y de haber estado alerta centra cualquier cosa
que pudiera poner en peligro su seguridad. ¡Ay! que Lucifer haya sido infiel a
la confianza que se le otorgó, y así llegar a ser el architraidor de todos los
tiempos.
El alcance del poder de Lucifer, en relación aún con los más
poderosos de otros seres celestiales, queda sugerido en Judas 9, en donde se
nos dice que Miguel, el gran arcángel, "no se atre vió a usar de juicio de
maldición contra él". Esto indicaría que el poder de Lucifer era superior
al de todos los otros seres creados.
No obstante, permanece la pregunta, "Concedido que Lu
cifer tenía poder sobre todo otro ser creado, creía él que su poder era
suficiente para conducir victoriosamente una rebelión contra Dios? A menos que
creyera ésto, cómo podía él espe rar triunfar en su rebelión?"
Se encuentra un indicie a la contestación de esta interro
gación en un estudio de las Escrituras. El plan de Dios ha designado que la
administración de Su gobierno se ejecutara por seres creados. Es de notarse que
cuando se rebeló Lucifer, y aunque este evento era el más decisivo en la
historia del uni verso, Dios no descendió de Su trono para acometerlo perso
nalmente en batalla. El haberlo hecho hubiera derrotado todo Su plan para el
gobierno del universo. Se nos hace entender por las Escrituras que la tarea del
combate real con Satán ha sido delegado específicamente a los seres creados.
Por eso se ha escrito, "Miguel y sus ángeles lidiaban contra el dragón; y
lidiaba el dragón y sus ángeles" (Apocalipsis 12:7). Toda la historia de
la revelación divina refleja el hecho de que Dios centróla y gobierna el
universo creado a través de la instrumen-talidad. Hasta donde ha sido revelado,
Dios obra en el reino creado solamente a través de un agente. Este agente puede
ser un ángel, un ser humano, o Jesucristo, el mismo Dios-hombre.
Lo que se enseña evidentemente en las Escrituras, es que la
derrota física y moral de Satán requiere una preponderan cia de potencia, tanto
física como moral, que esté a la disposi ción de aquellas personas que son
fieles a Dios. El acto de re belión de Lucifer no disminuyó su poder excepto en
el sentido moral. El había sido hecho custodio de los secretos del universo y
ahora se proponía emplear este conocimiento en una conspira ción tenebrosa para
destronar a Dios.
En el capítulo diez de Daniel se nos da un vislumbre
ilustrador de la naturaleza del conflicto espiritual que se provocó y en el
cual todavía se está combatiendo entre los ángeles de Dios y los de Satán. Este
es uno de los capítulos más revela dores de la Biblia. Nos muestra algo de la
naturaleza de las cosas que pasan en el mundo no visto. En este caso un
príncipe de Satán, de alto rango, realmente pudo resistir al ángel de Dios
durante veintiún días, durante cuyo tiempo se evitó que el mensajero angelical
cumpliera una misión importante dele gada a él por Dios. No fué sino hasta que
llegaron refuerzos en la persona del arcángel Miguel, que los poderes de las
tinieblas se vieron obligados a retirarse de su esfuerzo prolongado y
desesperado para frustrar el decreto divino. Este pasaje nota ble de las Escrituras
obviamente enseña que sólo cuando hay una preponderancia de fuerza en favor de
los ángeles fieles a
Dios, que las legiones de Satán son obligadas a ceder la
victoria (Daniel 10:12-13).
Asimismo, cuando las fuerzas de las tinieblas instigaron la
traición de Cristo, en anticipación de Su destrucción, que Jesús declaró que si
El orara al Padre por auxilio, se enviaría ayuda angelical inmediatamente a Su
rescate. En este caso debe no tarse que, debido a la gran concentración de
fuerzas malignas, se necesitarían más de doce legiones de ángeles para derrotar
a las fuerzas hostiles (Mateo 26:53). (Jesús no solicitó esta ayuda, sin
embargo, sino que dijo a aquellos que lo aprehendían, "Esta es vuestra
hora, y la potestad de las tinieblas" (Lucas 22:53). Cristo, en la cruz,
estaba en ese momento, efectuando la derrota moral, en lugar de la derrota
física, de Satán (Juan 12:31-32). La derrota física del diablo vendría
posteriormente.
Es evidente que en el plan original de Satán, él pensó ob
tener la lealtad de la mayoría de los ángeles del cielo, y así estar en una
posición para vencer a aquellos que pudieran per sistir en su fidelidad a Dios.
Así él despojaría a Dios de los medios que El había designado para controlar y
gobernar las fuerzas de la creación. Satán entonces podía proceder sin ser
molestado al establecimiento de su propio reino.
COMO LOGRO LUCIFER SEDUCIR A LOS ANGELES?
Cómo esperaba Lucifer persuadir a los ángeles a que se le
unieran en su rebelión?
Qué premio reluciente podía ofrecer que los impulsara a
tomar ese paso tan funesto? Quizás pode mos entender plenamente la contestación
a esta pregunta sola mente cuando reconocemos que el mal tiene un elemento de
engaño en su naturaleza (2a. Tesalonicenses 2:11-12). El mal es algo con lo que
aun los más sabios y más brillantes no se atreven a jugar. Jesús, en Su
declaración en relación con la defección de Satán, indicó que el diablo engañó
a los ángeles. "No permaneció en la verdad, porque no hay verdad en él.
Cuando habla mentira de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de
mentira" (Juan 8:44). La deducción es que él mintió a los ángeles en el
tiempo de su caída como lo hizo posterior mente con Eva.
Lucifer, creyendo sus propias mentiras, abrazó la ilusión de
que lo había previsto todo, que había hecho provisión para toda contingencia y
que no podía fallar. Aún hoy en día, él y sus ángeles caídos todavía rehusan
conceder la derrota, y combaten desesperadamente, aunque la realidad de su
destino inminente debe ser cada vez más evidente (Apocalipsis 12:12).
Pero ahora, consideremos los medios que Lucifer utilizó para
engañar a los ángeles. Realmente podemos aprender algo sobre ésto por medio de
un estudio de cómo engañó a Eva. Satán negó el castigo de muerte que sería
incurrido si ella desobedecía a Dios. Neciamente Eva se dejó seducir por estas
palabras hasta ser persuadida a comer de la fruta prohibida. Demasiado tarde
ella vio que había sido engañada. Eva y su esposo fueron saca dos del huerto,
"porque", como dice la crónica, "no alargue su mano, y tome
también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre" (Génesis 3:22).
Eva era mortal y temía a la muerte, aunque el freno no fué
suficiente para evitarle que desobedeciera la orden de Dios. Pero los ángeles
no estaban detenidos por el miedo a la muerte.
Contrariamente a Adam y Eva, que eran mortales, los ángeles
no mueren (Lucas 20:36). Aún cuando Lucifer y sus ángeles fueron echados del
cielo después de su rebelión, con todo, ellos retuvieron su poder para
continuar su rebelión hasta hoy.
Además, antes de la caída de Lucifer y sus ángeles, el mal
no había entrado jamás al universo, hasta donde tenemos no ticias. Los
resultados aterradores del pecado nunca habían sido vislumbrados por seres
creados —aunque, indudablemente, como con Adam y Eva, Dios les había advertido
de las consecuencias de la desobediencia. No obstante, ellos no tenían un
conoci miento a primera mano de las consecuencia tremendas del pe cado. Y, como
Eva, no tenían una fe suficientemente profunda en Dios para confiar en la
integridad absoluta de Su palabra.
Es altamente probable que Satán siguió el mismo curso que
con Eva en su seducción de los ángeles. Indudablemente pintó una perspectiva
brillante de la "independencia" que alcan zarían, si rompían su
fidelidad para con Dios. Que al hacerlo, ellos serían "como dioses",
forjadores de su propio destino.
Cada ángel fué puesto, en esa forma, en una posición de
hacer una decisión, así como toda criatura moral del universo en algún momento
dado debe hacer una decisión —un escogi miento de si su lealtad será para con
Dios o para sí misma. Los seres humanos en sus reacciones morales no son
demasiado diferentes a los ángeles. Ambos son afectados por la tentación. Ambos
son agentes morales libres. En su estado actual, el hom bre ha sido "hecho
poco menor que los ángeles" (Salmo 8:5), pero algún día los redimidos han
de ser iguales a los ángeles, y en algunos aspectos, ensalzados arriba de ellos
(Lucas 20:36; la. Corintios 6:3).
LA REBELIÓN CASI ALCANZA UN ÉXITO INICIAL
Se tenía que tomar una decisión, y fué tomada. Una tercera
parte de los ángeles escogió seguir a Lucifer. Esto fué una cosa terriblemente
trágica. Sin embargo, ni aun una apostasía tan grande fué lo suficiente para
asegurar el éxito de la re belión de Satán. Lucifer no era omnisciente en su
presciencia del futuro. Cuando se tomó la cuenta, el número de aquellos que
habían caído con él, era menor que lo anticipado. Lucifer había hecho un mal
cálculo. Si hubiera sabido con certeza del resultado, es posible que se hubiera
frenado en su acto de trai ción. En realidad, las dos terceras partes de las huestes
ange licales permanecieron fieles a Dios, y , reagrupándose bajo la bandera del
arcángel Miguel, echaron a Lucifer y a los ángeles desobedientes del cielo.
FUE TOMADO DIOS POR SORPRESA?
No nos podemos imaginar que Dios haya sido tomado por
sorpresa por todo ésto. Dios vio que el espíritu malvado de re belión se
desarrollaba en el corazón de Satanás, y debe haber sido un asunto de aflicción
indescriptible para El. Empero aparentemente no había nada que El pudiera hacer
sabiamente para evitar que Lucifer se rebelara. El sabía lo que hacía, y
prefirió la gratificación de su voluntad propia y el ensalzamien to propio a la
obediencia a Dios. Los agentes morales libres no deben ser forzados, porque
entonces dejarían de ser agentes morales libres. Deben estar en libertad para
hacer su elección, ya sea para bien o para mal. El aparente descuido de Dios de
tomar nota de la rebelión que se cernía aparentemente alentó a Lucifer a
continuar su conspiración.
Sin embargo, Dios sabía previamente una cosa que el diablo
desconocía. El sabía el alcance exacto que tendría la re belión. Sabía que
rompería terriblemente Su reino. Empero, sin embargo, que no tendría éxito.
Sabía de antemano que Lucifer sólo podría contar con una minoría de los
ángeles. Y así acon teció.
Satán, sin embargo, había hecho su decisión. La falla de
la rebelión de lograr éxito en su fase inicial, resultó en
la ex pulsión del diablo y sus ángeles del cielo. Ahora, él estaba comprometido
irrevocablemente, para siempre, a seguir el camino que había escogido.
CAPITULO III
COMO SATANÁS PLANEABA CONTINUAR SU REBELIÓN
En la lección anterior hemos observado que el plan de Lu
cifer de trastornar a los ángeles del cielo quedó corto de ganar la mayoría
vital. Una pregunta que surge es, "Al planear su rebelión, no anticipó
Lucifer la posibilidad del fracaso?". Todo lo que se puede decir es que
Satán evidentemente pensó que sus oportunidades de tener éxito eran lo
suficientemente buenas oara descontar la posibilidad del fracaso.
Empero, aún en el caso de fracasar en la obtención de la
mayoría de los ángeles a su causa, Lucifer no consideró que todo se habría
perdido. Aun cuando sería un fuerte revés, ha bían razones por las cuales
Lucifer se sentía seguro del éxito final de su rebelión. Y les acontecimientos
iban a probar que él tenía razón —¡casi!
En realidad, el plan de Lucifer fué una obra maestra de
astucia y alevosía. Fué una traición que explotó todo cuanto fué posible la
gran confianza que Dios había depositado en él. Cuan sagazmente fueron elaborados
sus planes queda evidencia do por el hecho de que la fase inicial de su
rebelión destrozó horriblemente a la población angelical. No menos de una ter
cera parte de la hueste celestial fué persuadida a que echara su suerte con él.
El que haya obtenido un número tan grands de seguidores revela la magnitud de
la rebelión, así como la amplia simpatía que había despertado por su causa. Es
dema siado evidente que él había podido sembrar discordia e insatis facción
entre les ángeles contra Dios —probablemente duda con relación a Su sabiduría y
bondad. Y ésto nos lleva a otra inte rrogación— una que ha sido clásica desde
tiempo inmemorial.
POR QUE DEMORO DIOS SU CASTIGO A SATÁN?
La pregunta es: "Por qué Dios, después de que el diablo
se rebele, no lo castigó de inmediato? Por qué le permitió libertad para
continuar en su curso malvado?" Aunque induda blemente hay más de una
razón por la cual Dics demoró Su juicio sobre Lucifer, la que sobresale
seguramente sobre todas las otras es que Satán, al seducir hasta una tercera
parte de los ángeles, debe haber logrado poner muy en duda la bondad y la
justicia de Dios. Para que Dios tuviera un reino que fuera durable, El debe
ejecutar justicia que sea compatible con las consciencias de Sus subditos. En
el caso que nos ocupa, Dios consideró necesaria demostrar que la rebelión de
Lucifer fué totalmente la cosa malvada, traidora e infame que fué. Además, El
debe dar al universo oportunidad para observar cómo esa rebelión pervierte
seres santos en criaturas malvadas y viciosas. Antes de ejecutar el castigo
indispensable sobre Lucifer, Dios primeramente demostraría el carácter horrendo
de su acto. Primeramente daría a Sus subditos oportunidad para testifi car las
terribles consecuencias que deben seguir la introducción del pecado en el
universo.
Para resumir, Dios justificaría la sabiduría de Sus leyes a
los ojos de Sus criaturas. Satán, esencialmente egoísta, sostenía que ningún
hombre servía a Dios porque le amaba, sino sola mente por lo que se pudiera
conseguir de ello. Los puntos de vista del diablo a este respecto quedan
evidenciados en su con versación con Dios, relacionados con Job. Dios había
llamado la atención de Satán a la integridad de Job y su fidelidad para con El.
La respuesta despectiva del diablo fué la pregunta, "Teme Job a Dios de
balde?" Insinuó que si Dios dejara de con tinuar Su lluvia de bendiciones
scbre Job, éste se voltearía contra El y lo blasfemaría en Su cara (Job. 1:7-11).
La doctrina de Satanás es que todo hombre debajo de la
superficie era como él mismo y buscaba solamente su beneficio propio. En otras
palabras, él le decía a Dios que los hombres servían a Dios solamente como una
proposición fría de negocios. Satán correctamente previo que la única forma que
Dios podría contestar su acusación era el de poner el asunto a prueba.
EL PLAN DE DIOS PARA CREAR LA RAZA HUMANA
Lucifer y sus ángeles, después de haber sido expulsados del
cielo a los lugares celestiales (o intermedios), urdieron planes para continuar
la rebelión. La estrategia global era la de forzar el extravío del plan de
Dios. Pero, no siendo omnisciente, Satán tenía que esperar y ver los pasos que
Dios daría. En cua^quier forma en que Dios se moviera, Satán planeaba dar una
con-tramovida.
La siguiente movida de Dios pronto fué evidente. La
defección de Lucifer y sus ángeles había dejado un hueco en las filas del
cielo. Ahora, Dios siendo Dios, El no puede cambiar de un curso que ha
escogido. "Porque Yo Jehová, no me mudo" (Malaquías 3:6). Dios tiene
un propósito para toda criatura que El ha creado. Si ellos cumplen ese
propósito, bien. No obstante, si no cumplen la voluntad de Dios, el propósito
divina debe ser logrado.
Por ejemplo, Dios escogió a Saúl y a su semilla para reinar
sobre Su pueblo, Israel. Pero cuando Saúl falló al ejecutar el plan divino,
Dios levantó otro rey, David, para que tomara el lugar de Saúl (lo. Samuel
13:13-14). Aún cuando Lucifer y sus ángeles rehusaron llevar a cabo el propósito
de Dios en su creación, el Señor no tenía intención alguna de permitir que Sus
propósitos fueran frustrados. El levantaría a otros que to maran el lugar de
aquellos que se rebelaron. Lucifer había sido hecho virrey sobre la creación de
Dios. Ahora Dios se propuso crear una nueva raza para cumplir el propósito en
el cual ha bían fallado el diablo y sus seguidores. Dios le dijo al hombre
cuando lo creó, "Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra"
(Génesis 1:28). "Henchid" (en- hebreo) significa llenar nue vamente,
indicando que el hombre tomaría el lugar de una raza previa. En la misma forma
se le ordenó a Noé, "Fructificad, y multiplicad, y henchid la tierra"
que había quedado vacía por el diluvio (Génesis 9:1). Así como Satán tuvo una
vez el dominio en el Edén (Ezequiel 28:13), así Dios crearía una nueva raza de
seres en Su propia imagen, y los colocaría en el Edén. Así como Satán una vez
tuvo dominio sobre la creación de Dios, así Dios le daría al hombre la tierra
renovada (Génesis 1:26-28).
SATANÁS PLANEA CONTINUAR SU REBELIÓN
Tan pronto como Satán vio el desarrollo del plan de Dios,
entró él en acción. Si se le concedía la oportunidad, él probaría que esta
nueva raza lo seguiría a él en lugar de seguir a Dios. Y, como veremos, Dios le
dio una oportunidad para probar este punto. También Dios tenía algo qué probar.
Si El podía encon trar hombres que se mantuvieran fieles a El bajo la tentación
y la prueba, entonces El podría callar la boca de Satán para siempre. Y a fin
de evitar que el diablo llegara a tener cual quier otra disculpa, ¡ Dios le dio
la oportunidad para que hicie ra la prueba!
El diablo no perdió tiempo para comenzar a trabajar. En el
huerto del Edén, él tentó a Eva. Como sabemos, tuvo éxito en seducirla,
juntamente con su marido, al primer intento. El diablo siguió su triunfo al
hacer un homicida de su primogénito, Caín. Parecería como que Satán estaba
ganando la contienda, porque, con el transcurso del tiempo, generaciones
enteras que cedían a sus seducciones, cayeron bajo su dominio.
No obstante, habían algunas cosas que Satán no había pre
visto. A pesar de sus éxitos, nunca pudo, a la vez, corromper a todo hombre que
perteneciera a esa generación. Siempre ha bía algunos que mantuvieron su fe en
Dios. Cuando habían muer to generaciones, allí estaba Henoch, que "caminó.
.. con Dios". Cuando el mundo antidiluviano cayó en la apostasía, Noé obe
deció a la palabra de Dios y preparó un arca "en que su casa se
salvase" (Hebreos 11:7). Satán descubrió, para su descon cierto, que
siempre habían unos cuantos que no cedían a sus seducciones. En alguna forma
Dios siempre lograba preservar una "semilla justa" sobre la faz de la
tierra. Esto debe haber sido extremadamente frustrador al diablo cuando él veía
que el éxito estaba casi al alcance de su mano, solamente para ver que se le
escapaba, una y otra vez.
A pesar de eso, había algo que siempre le daba confianza al
diablo. El hombre ahora era una criatura caída. No habían caído los ángeles, y
no habían perdido toda esperanza de regre sar alguna vez al favor de Dios? Qué
del hombre? Cómo po dría ser redimido de su condición pecaminosa? Cuál era la
respuesta?
Podemos entender por qué estaba confundido Satán, por que
aún los ángeles justos aparentemente nada sabían del gran dioso plan de redención
que Dios tenía en reserva. Cuando fi nalmente fué revelado los asombró y los
tuvo en temor re verencial (la. Pedro 1:12, 19-20).
Si los ángeles justos fueron tomados por sorpresa por el
plan de Dios de redención, podemos estar seguros que el diablo no lo había
anticipado. Sin embargo, el plan de redención era conocido de Dios desde la
fundación del mundo, y era este plan no revelado lo que aseguraría la derrota
de Satán! Satanás, esencialmente un ser egoísta, no podía concebir, y por
tanto, anticipar, una cosa tan noble como el plan de Dios de redención: que
Cristo se despojara de Su gloria eterna, se hiciera carne y muriera en lugar
del pecador. La falta de conocimiento previo de Satán a este respecto sería lo
que lo derrotaría.
CAPITULO IV
LA TIERRA SE CONVIERTE EN EL NUEVO TEATRO DE GUERRA
Aunque la rebelión de Satán estaba condenada de antemano al
fracaso, no obstante había un camino largo por delante antes de que las heridas
ocasionadas por ella estarían todas sanadas. El primer paso hacia la
restauración de lo que se había perdido en la catástrofe ocasionada por Satán,
fué dado cuando Dios se puso a crear una nueva raza que tomara el lugar de
aquellos que se habían rebelado contra El.
Habiendo recibido Satán permiso para probar su punto, que
ningún hombre servía a Dios excepto por aquellas cosas que el hombre pudiera
obtener de El, empezó su papel infame de "acu sador de nuestros
hermanos... el cual los acusaba delante de nuestro Dios día y noche"
(Apocalipsis 12:10). La estrategia de Satán era de demostrar que esta nueva
raza que Dios estaba le vantando, cuando estuviera sujeta a la tentación,
también caería. Al ejecutar ésto, él justificaría su propia rebelión, y al
mismo tiempo frustraría el plan de Dios. Sin embargo, para tener éxito, tendría
que lograr apartar a toda la raza de Dios. No debería quedar ni uno solo para
justificar Su sabiduría y providencia. Satanás tendría que coromper la tiera
hasta que no quedará "si miente justa" para transmitir la fe en Dios
a una generación sucesora. Si ello llegaba a acontecer él sabía que Dios tendría
que destruir la tierra, como en realidad El demolería las ciu dades malvadas de
Sodoma y Gomórra cuando salió el último de los justos de ellas.
Ahora, debe entenderse que Dios nunca ha afirmado que todos
escogerían servirle. Al hacer el hcmbre un agente libre El le dio el poder de
elección, y eso implica habilidad dé pre ferir estar en contra de El. Pero Dios
si sostenía que siempre permanecerían unas "reliquias justas" que le
servirían, sin im portar tribulación, tentación, o sufrimiento. Que al final
habría un número total de personas fieles, "una gran compañía, la cual
ninguno podía contar" (Apocalipsis 7:9), que le seguirían por todo el
trayecto y que serían hechos aptos para el lugar que Dios antes había apartado
para los ángeles que se habían rebelado.
Así comenzó el drama de Satán contra el hombre.
LA CREACIÓN DE ADAM Y EVA
En el sexto día de la creación, Adam y Eva fueron formados y
colocados en el huerto del Edén. Se les dio dominio sobre la tierra (Génesis
1:26). El huerto del Edén era un paraíso her moso en donde abundaban toda clase
de árboles, entre los que se encontraban el árbol de la ciencia del bien y del
mal, y el árbol de la vida. Se les dio permiso al hombre y a la mujer de comer
de toda la fruta del huerto, salvo la del árbol de ciencia del bien y el mal.
El hecho de que Dios hubiera plantado el árbol de la vida en
medio del huerto, llama nuestra atención de que había una di ferencia
importante entre esta nueva raza y la de los ángeles. El hombre era mortal.
Lucifer, no era mortal, como queda eviden ciado por el hecho de que él ha
podido continuar su oposición mal vada a Dios a través de las épocas con vigor
no-disminuído. Siendc mortal el hombre, a él se le advirtió que el acto de
desobe diencia traía aparejada una sentencia de muerte (Génesis 2:17). Dios no
estaba dando inmortalidad física a otras criaturas hasta que ellas probaran que
eran dignas de merecer el regalo (Lucas 20:35-36; 2a. Timoteo 1:10).
Empero, es totalmente evidente que Dios tenía la intención
de que el hombre llegara a ser inmortal. Esto se ve fácilmente en el hecho de
que en medio del huerto, Dios había plantado el árbol de vida —aunque
aparentemente El no le reveló inmediata mente su sitio a Adam. Cuando el hombre
pecó, Dios decretó que debería salir del huerto, "porque no alargue su
mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre" en
su estado pecaminoso (Génesis 3:22-24). En tal caso, el hom bre podría unir sus
fuerzas con Satán, y así aumentar la rebelión contra el Creador.
Podemos entender que durante este tiempo Satán vigiló con
astucia los acontecimientos que se desarrollaban. Estaba preparado, tan pronto
como el momento fuera propicio, a se ducir a los nuevos habitantes del huerto
del Edén, y, de ser posible, inducirlos a desobedecer el mandato expreso de
Dios contra la ingestión del árbol del bien y del mal.
Empero Satán no hizo su ataque embistiendo de frente, para
no empujar a la pareja a los brazos de su protector, en lugar de alejarlos de
El; ni tentó al hombre y a la mujer mientras que estaban juntos, porque podrían
fortalecerse el uno al otro para resistir sus incitaciones malvadas. Porque si
el carácter de la tentación era una vez descubierto, un segundo intento podría
encontrar mucha más dificultad, si no imposibilidad, para tener éxito.
En un momento favorable, Satán hizo una visita al huerto del
Edén. Se metió en una serpiente, que en aquel tiempo no era el reptil repulsivo
y rastrero que conocemos actualmente. Sola mente después de la maldición es que
fue degradada y echada sobre su pecho (Génesis 3:14). Por tanto, debe inferirse
que anteriormente la serpiente caminaba ergida y probablemente era la más
inteligente y hermosa de los animales del campo (Géne sis 3:1).
El mal frecuentemente parece tener alguna fascinación
misteriosa, y Eva, en su curiosidad, en lugar de mantenerse alejada del árbol
prohibido, se ausentó de Adam, y, mirando el árbol, aparentemente se encontraba
pensativa sobre la extrañesa de la prohibición de Dios. Fué mientras que ella
meditaba en esta curiosidad necia que la serpiente apareció en la escena y
trabó conversación con ella. El modus operandi de Satán, o plan de operación,
era el de confundir a Eva, y por una suges tión sutil, hacer que ella
quebrantara el mandato de Dios al participar de la fruta prohibida. Bien se ha
dicho que el primer error de Eva fué el de acercarse al árbol. Si ella hubiera
evi tado la proximidad, nunca le hubiera echado la mirada codi ciosa que
resultó en su condescendencia a la tentación y que trajo pesar a ella y a sus
descendientes.
LA CAÍDA DE ADAM Y EVA
Pobre Eva. En lugar de buscar la protección y la fuerza de
su esposo, ella escuchó las palabras sutiles del engañador. Seducida por su
archienemigo insospechado, ella sucumbió a su tentación. Eva tomó de la fruta y
posteriormente persuadió a su esposo a que compartiera su acto de
desobediencia. Adam no fué engañado. El sabía cual era el castigo (la. Timoteo
2:14). Pero en un momento de pánico, antes que perder a la hermosa criatura que
Dios le había dado, neciamente decidió compartir su suerte. Así entró el pecado
en el mundo.
Conforme a todas las apariencias, Satán había ganado una
partida importante, quizás decisiva. El había seducido a los primeros padres;
por tanto, toda la raza humana sería una raza caída. La tesis del diablo de que
el hombre no estaría firme bajo la tentación recibió una fuerte confirmación.
Además, el dominio que sobre la tierra había recibido Adam en consecuen cia de
su obediencia a Satán fué traspasada al diablo. Esto queda claro en Lucas
4:5-6, que consideramos posteriormente.
LA OBRA MAESTRA DE SATÁN, "SERÉIS COMO DIOSES"
Es interesante notar el orden de la tentación satánica de
Eva. Primeramente, se dio a entender una duda acerca de la integridad de la
palabra de Dios. En segundo lugar, hubo una censura sobre la bondad de Dios,
"Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?" Por
qué le prohibía Dios a Eva que comiera de fruta que parecía tan buena como
alimento? Cuando Eva contestó débilmente a la serpiente, de que si ella tomaba
de la fruta traería como consecuencia la muerte, el dia blo estaba listo para
el siguiente paso en la tentación. ¡ Ah! No tenía Dios una razón para
prohibirles que comieran de la fruta? No sabía El que ellos serían sabios,
conociendo el bien y el mal? En verdad, declaró la serpiente, Dios sabía que
Adam y Eva, al comer de la fruta, serían "como dioses". Acerca del
cas tigo de desobediencia a la que Eva se refería, Satán declaró audazmente,
"No moriréis". ¡Ay! Para este momento Eva ya estaba en poder de la
serpiente. Ella estiró su mano y la acción irreparable había sido cometida.
La subversión de Satán de los ángeles, desde luego, no fué
la misma en detalles como la de Eva, pero parece probable que él les dijo que
ellos serían como "dioces" si le seguían. Como Jesús dijo, Satán fué
un mentiroso desde el principio.
Siguiendo la caída de Adam y Eva, como resultado de la burla
de Satán, la maldición cayó sobre la serpiente en la que Satán había tomado
cuerpo para efectuar la seducción. Dios pronunció una maldición sobre la tierra
y la sentencia de muerte vino sobre Adam y Eva. Todo ésto encajaba bien con los
planes de Satán. Desde ese momento "el poder de la muerte" pasó a
Satanás.
CAPITULO V
SATÁN Y JOB
Para entender plenamente el plan de acción de Satán con
positiva sobre la razón de Dios para permitirle libertad a
Sa tanás para tentar a la raza humana.
Es altamente significativo que el libro de Job haya sido el
primer libro de la Biblia que se escribió. Se escribió antes
que la Ley, porque casi no hubiera sido posible, en una discusión que cubre
todo el campo de la divina providencia, como ocurre en este libro, el haber
evitado una referencia la ley, si se hu biera conocido la ley. Job no solamente
es el primer libro de la Biblia, sino que en toda probabilidad es el primer
documento escrito de cualquier clase que todavía exista. Así que podemos ver
cuan vitalmente importante deben ser los primeros capí tulos de Job, puesto que
ellos son las primeras palabras escritas de Dios para el hombre.
Estos capítulos muestran cómo Satán, después de haber
sido echado del cielo, llevó a cabo su guerra contra Dios.
Tam bién revela el carácter de esta guerra, que ahora ha cambiado su teatro de
operaciones a la tierra. Es importante un cono cimiento de ésto para entender
la estrategia de Satán en su conflicto ancestral con Dios y con el creyente.
Conforme la con sideremos, la razón se hará evidente de por qué Dios ha per
mitido al diablo libertad para continuar sus tentaciones de la raza humana.
EL DESAFIO DE SATÁN
En Job 1:6 se nos dice que un día, cuando los hijos de Dios
se presentaron ante el Señor, Satán también entró entre ellos. El Señor tomó
nota de su presencia, diciendo, "De dónde vienes?" Esta declaración
revela que Satanás ya no moraba con los ángeles'justos, puesto que su presencia
entre ellos oca sionaba una pregunta. Aunque los ángeles caídos ya no vivían
con los ángeles fieles, sin embargo, observamos que Satán mismo todavía tenía
acceso a la presencia de Dios.
El diablo tenía un propósito en su visita. Era de llamar la
atención de Dios de cuan enteramente había triunfado la mal dad sobre tierra,
corroborando así su afirmación de que el Hombre no podía servir a Dios si la
tentación era lo suficiente mente fuerte para hacerlo caer.
JOB SE CONVIERTE EN EL CENTRO DEL CONFLICTO
recto, temeroso de Dios, y apartado del mal" (Jobl:8).
Satán ya tenía lista su contestación acostumbrada. Imputó que Job temía a Dios
solamente por lo que pudiera obtener de El. Que Dios lo había protegido, lo
había cercado, le daba riqueza y prosperidad. Satán sostenía que una vez que se
le quitara esta prosperidad a Job, él maldeciría a Dios en Su cara. Dios aceptó
el reto y permitió que tuviera lugar la prueba.
Con el permiso concedido, Satán salió para llevar desastre a
Job. Fueron los sábeos y se llevaron sus bueyes y asnas. Los caldeos robaron sus
camellos. Luego, como un infortunio ma yor, sus hijos fueron muertos en una
tormenta violenta que destruyó la casa que ocupaban (lo que, a propósito,
muestra el papel activo de Satán en una tormenta destructiva).
Pero la confianza de Job en Dios no estaba mal colocada.
El santo patriarca no dejaba ir su fe en Dios, y, adorando,
dijo, "Jehová dio, y Jehová quitó: sea el nombre de Jehová bendito"
(Job 1:21). Pobre Job. El no podía saber, y, por razones que pueden entenderse,
Dios no le podía revelar a él la naturaleza verdadera de los acontecimientos
que se estaban sucediendo. En realidad, el Señor le había dado a Job, pero era
el diablo el que le había quitado. Ni podía Job comprender que él era el centro
de atención de dos mundos el infierno y el cielo. Que Dios y Sus ángeles, así
como el diablo y sus ángeles, esta ban observando con un interés intenso el
resultado de la prueba a la que se estaba sometiendo a Job. Pero, aunque Job
fue humillado y quebrantado, permaneció fiel a Dios.
Nuevamente el diablo se presentó delante de Dios, y nue
vamente Dios llamó su atención a Job, quien había mantenido fielmente su
integridad, a pesar de las pruebas calcinantes y los crueles pesares que había
soportado en la pérdida de su propiedad e hijos. Pero Satán todavía no esta
silenciado. Su contestación insolente fue, "Piel por piel, todo lo que el
hombre tiene dará por su vida. Mas extiende ahora tu mano, y toca a su hueso y
a su carne, y verás si no te blasfema en tu rostro" (Job 2:5).
Es evidente que Dios, al otorgar permiso a Satán que pu
siera una sarna en la carne de Job, tenía un propósito impor tante en mente.
Con Dios, un principio de la importancia más vital estaba en juego, un
principio que Satán había desafiado. La afirmación de Dios era que, no
importando cuan grande fuera la tentación que Satán pudiera presentar, siempre
ha brían aquellos que servirían a Dios a toda costa.
DIOS GANA UNA BATALLA POR MEDIO DE LA FIDELIDAD DE JOB
Satán salió de la presencia de Dios, y afligió a Job con una
maligna sarna desde los pies hasta la cabeza. La esposa de Job, una mujer
frivola y de mente terrena, cuando ella vio lo que le había acontecido a su
esposo, le aconsejó, "Maldice a Dios, y muérete". Esta sugestión fue
rechazada con indigna ción por Job, y, muy correctamente, regañó a su esposa
infiel por estas palabras impías. Sus amigos vinieron y vieron su condición
abyecta, pero ellos no podía explicar el enigma de sus infortunios. Ellos
concluyeron que él había cometido algún pecado serio. Job, también no podía
entender su predicamento y creía que Dios lo había afligido por razones
inescrutables y misteriosas. Nada sabía del carácter dramático del conflicto
que se estaba efectuando y no se daba cuenta de que era Satán el que había
puesto la sarna sobre él. Ni que su humilde cama entre las cenizas en donde él
se rascaba era el centro de aten ción de dos mundos.
No obstante, Job subió a cumbres sublimes de fe cuando él
dijo, "Aunque me matare, en El esperaré" (Job 13:15). Por esas palabras,
la acusación de Satán de que un hombre no serviría a Dios más allá de un punto
determinado, fue probada falsa. Job, por su fidelidad, había justificado la
confianza de Dios en él así como justificado la integridad y solidez del plan
de Dios. Habiéndose terminado la prueba, Dios sanó a Job y le dio lo doble de
lo que había tenido antes (Job 42:12-17).
CAPITULO VI
LA DERROTA DE SATÁN
La guerra que siguió a la rebelión de Satán ha sido fiera y
costosa, y todavía no se resuelve plenamente el conflicto. La hora se acerca,
empero, como vimos en la última lección, cuando esta guerra en los cielos
tocará a su fin. Citamos de Apocalipsis 12:7-9
"Y fue hecha una grande batalla en el cielo: Miguel y
sus ángeles lidiaban contra el dragón; y lidiaba el dragón y sus ángeles, y no
prevalecieron, ni su lugar fue más ha llado en el cielo. Y fue lanzado fuera
aquel gran dragón, la serpiente antigua, que se llama Diablo y Satanás, el cual
engaña a todo el mundo; fue arrojado en tierra, y sus ángeles fueron arrojados
con él."
Mientras que el pasaje anterior se refiere primordialmente
al desplazamiento de Satán del cielo —un suceso que todavía está por acontecer—
no obstante, es evidentemente descriptivo de otras batallas y derrotas que el
diablo ha sufrido. Porque Satán no ha tenido solamente un lanzamiento
"fuera", sino que en total han habido por lo menos cinco eventos así.
A pe sar de la fiera resistencia que él y sus seguidores han presentado, muchas
de sus plazas fuertes y principados se han derrumbado, y uno por uno sus reinos
han sucumbido. En esta lección última trazaremos las derrotas sucesivas de
Satán, su despla zamiento, primero del cielo, luego de los cielos, su aprisiona
miento inminente en el abismo profundo, y su destino final en el lago de fuego.
1.—PRIMER LANZAMIENTO—FUERA EXPULSIÓN DEL CIELO
Isaías habla específicamente de la primera expulsión, o la
caida original de Lucifer:
"¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!
Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las gentes.
Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo, en lo alto
junto a las estrellas de Dios ensalzaré mi solio, y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del aquilón; sobre las alturas de las nubes subiré, y
seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres en el sepulcro, a los lados
de la huesa" (Isaías 14:12-15).
Aquí se nos informa que Lucifer, "querubín grande,
cu-bridor" (Ezequiel 28:14), fue arrojado del cielo. Se nos dice que
debido al orgullo y voluntad propia fue destituido de su posición exaltada. No
obstante, como se muestra en el versículo 15, su derrocación en ese tiempo
todavía estaba incompleta.
Todavía tiene que ser echado en la "huesa" (o
abismo). Ade más, otros pasajes de la Escritura nos muestran que Lucifer en ese
tiempo todavía tenía acceso a la presencia de Dios. Porque, cuando los hijos de
Dios se presentaron ante el Señor en los días de Job, Satán también apareció
entre ellos para acusar a Job (Job 1:6-9). El papel de Satán como acusador de
los santos de Dios parece no haber tenido interrupción por toda la historia de
la humanidad por lo menos hasta la venida de Cristo.
"Y oí una grande voz en el cielo que decía: Ahora ha
venido la salvación, y la virtud, y el reino de nuestro Dios, y el poder de Su
Cristo; porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado, el cual los
acusaba delante de nuestro Dios día y noche" (Apocalipsis 12:10).
La ocupación de Satán de los cielos, aparentemente, le ha
dado una ventaja estratégica, por lo cual él se ha podido atrin cherar y dar
jaque mate, en un grado considerable, a los ángeles leales en su lucha contra
él. Sabemos poca acerca de las leyes que gobiernan la guerra espiritual en los
cielos. Pero evidentemente Satán ha preparado una defensas fuertes, que aun
cuando no son inexpugnables, han mantenido a los ejércitos de Dios ocupados en
conflicto por muchos siglos. El capítulo diez de Daniel, del que ya tomamos
nota, sí deja entrever un poco, y nos da un vistazo breve de la naturaleza del
conflicto en los cielos que ha durado por tantos miles de años. Es evidente que
en estos combates prolongados, Satán, no obstante su resistencia tenaz,
constantemente ha perdido terreno, y él y sus príncipes se han visto obligados
a evacuar muchas de sus plazas fuertes (Daniel 10). Aun cuando estas circunstan
cias están envueltas en algo de misterio, las Escritura defini tivamente
declaran que determinados ángeles de Satán han sido atados y aprisionados en
"Tártaro". Allí están hoy, "con ca denas de oscuridad",
esperando juicio (Judas 6 y 2a. Pedro 2:4).
Así, la Biblia revela un estado contrastante de los ángeles
caídos. Se nos dice que algunos están atados, mientras que otros todavía están
libres para continuar su guerra en los cielos, lo que hace surgir la pregunta
que ya hemos considerado: Significa ésto que parte de los ángeles malvados han
sido hechos prisioneros durante estos combates en los cielos, y han sido
puestos en cadenas en el averno para evitar que continúen dando ayuda a su amo,
el diablo?
EL ABATIMIENTO DE SATÁN EN EL CALVARIO
En otra lección discutimos la batalla que Cristo ganó en el
Calvario sobre Satán. ¡Fue esta victoria espiritual de Cristo sobre el diablo
la que es la base de su derrota final y derro camiento! Se debe a lo que
aconteció en el Calvario que el creyente tiene autoridad sobre el diablo. Que
hay una relación entre la caida de Satán desde el cielo y el poder del creyente
sobre los demonios, se infiere claramente en Lucas 10:17-19:
"Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun
los demonios se nos sujetan en Tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás, como
un rayo, que caía del cielo. He aquí os doy potestad de hollar sobre las
serpientes y sobre los escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os
dañará."
Mientras que la declaración anterior del Señor podía tener
referencia al lanzamiento original de Satán del cielo, parece cierto que está
asociada principalmente con la victoria personal del Señor en el Calvario. ¡La
consagración total de Cristo a la voluntad del Padre, hizo posible que El
venciera las tentaciones del diablo y regresara del campo de combate
triunfante! De hecho, la batalla decisiva de los siglos seguramente fue la que
el Señor sostuvo contra Satanás en el Calvario. Fue aquí que el Señor pudo
decir, "Ahora es el juicio de este mundo: ahora el príncipe de este mundo
será echado fuera' y ahora, "el príncipe de este mundo es juzgado" (Juan
12:31 y 16:11).
Grandes como fueron las victorias de los ángeles en sus
combates contra Satán, la derrota decisiva que el diablo recibió fue la que
sufrió a manos de Cristo. En el Calvario, la auto ridad legal y poder que el
diablo había usurpado de Adam, en lo que respecta al creyente, le fue
totalmente despojada. La contención de Satán había sido —una afirmación que él
tenía que probar o conceder su fracaso eterno— que, bajo la tenta ción, nadie
podía, o nadie querría, obedecer perfectamente la voluntad de Dios y, por
tanto, las exigencias de Dios eran faltas de equidad e injustas. Cristo probó
que la posición del diablo era absolutamente falsa. En el Calvario, Cristo pasó
perfectamente la prueba y podía decir, "No se haga Mi volun tad, sino la
Tuya"' (Lucas 22:42). Durante esa hora la teología falsa del diablo fue
pesada en la balanza y fue hallada falta.
Para condenar la maldad, lo que es bueno debe ser demos
trado. Para desterrar la oscuridad, la luz debe ser revelada. Para exponer al
universo la perfidia y la traición de Satán por lo que era, tenía que
demostrarse una obediencia perfecta. Cristo cumplió todo ésto, y al hacerlo El
vindicó para siempre la integridad y justicia de la ley de Dios.
En el triunfo de Cristo en el Calvario, Satán sufrió su
derrota más aplastante y, como resultado, su posición en los cielos fue
cambiada radicalmente. Anteriormente, con impuni dad, él podía entrar a la
Presencia de Dios y perturbar el cielo con sus acusaciones inicuas contra los
santos. Pero en el Cal vario, Satán, fue despojado de este poder, y fue echado
de la presencia de Dios. Fue cumplido entonces lo que Jesús dijo, cuando
declaró, "Yo veía a Satanás, como un rayo, que caía del cielo".
La batalla de la cual se habla en Apocalipsis 12:7 es la
batalla concluyente y culminante en los cielos. Miguel el ar cángel es el líder
de las fuerzas de Dios. Cuando Miguel sale a combate, es indicio de que todos
los recursos del cielo están siendo empleados. Se recordará que cuando el ángel
de Daniel no podía pasar debido a la oposición del "príncipe del reino de
Persia", fue Miguel quien vino en auxilio del ángel, y propor cionó la
preponderancia de potencia que hizo que las huestes de Satán cedieran terreno
(véase Daniel 10:13-21).
Miguel aparece nuevamente en el libro de Daniel, en donde se
nos dice que él vendrá al rescate del pueblo de Dios en el tiempo del fin:
"Y en aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está por los
hijos de tu pueblo; y será tiempo de an gustia, cual nunca fue después que hubo
gente hasta en tonces: mas en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallaren escritos en el libro" (Daniel 12:1).
Por este pasaje vemos que Miguel estará particularmente
activo en los acontecimientos del tiempo del fin. Aparace espe cialmente como
guardián de los intereses del pueblo de Daniel, Israel, y también parece estar
involucrado en alguna forma con la resurrección de los muertos. Porque el
versículo siguiente (Daniel 12:2) habla de la resurrección de aquellos
"que duermen en el polvo de la tierra". Judas también se refiere a
Miguel en relación con Moisés, cuando habla de que el arcángel contendía por el
cuerpo de Moisés (Judas 9). Parece posible que así como Satán resistió a Miguel
al disputar el cuerpo de Moisés, así intentará también evitar la resurrección
de los mueros justos.
De ser así, fracasará ignominiosamente. La hora está próxima
cuando el diablo será desplazado para siempre de su posición en los cielos. Es
tiempo de que el ar cángel Miguel salga contra Satán y sus ángeles, los que, a
pesar de su resistencia más frenética, serán obligados a reti rarse. De los
cielos caerá el otrora orgulloso príncipe de las tinieblas, y con él caerán
todos sus ángeles perversos.
Y después, qué? El diablo, sabiendo que todavía tiene un
período extremadamnete breve, mobilizará todos sus re cursos para el ataque más
feroz sobre la humanidad que haya intentado jamás.
"Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en
ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha
descendido a vosotros, teniendo grande ira, sa biendo que tiene poco
tiempo" (Apocalipsis 12:12).
Satán entonces llama a sus archiengañadores, la bestia y el
falso profeta, a quien les da potencia "sobre toda tribu y pueblo y lengua
y gente" (Apocalipsis 13:7). De inmediato estas dos figuras siniestras y
malévolas emergen en la escena mundial e inician el programa más diabólico que
hayan cono cido los hijos de los hombres ¡un programa que pretende la
destrucción total de todo ser humano que se atreva a adorar a) Dios vivo y
verdadero. De esta hora espantosa, habla Jesús: "Porque habrá entonces
grande aflicción, cual no fue desde el principio del mundo hasta ahora, ni
será. Y si aquellos días no fuesen acortados,, ninguna carne sería salva; mas
por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo
24:21-22).
Afortunadamente, Dios acorta esos días, de manera que Satán
no podrá lograr su objetivo. En verdad, es en esta misma hora en que su propia
libertad personal le es quitada, en este cuarto lanzamiento del diablo.
3.—SATÁN LANZADO AL ABISMO
Son los últimos momentos de la gran tribulación. El reino de
la bestia y el falso profeta se acerca a su fin. El momento Que los demonios y
los ángeles caídos han esperado con una anticipación atemorizada por fin ha
llegado. Ahora los reinos de este mundo son los reinos del Señor Jesucristo
(Apoca lipsis 11:15). Un gran ángel baja del cielo con la llave del abismo.
Toma al diablo que engañó a las naciones y lo tira a las tinieblas del abismo.
También son lanzados a esa prisión sin fondo los ángeles caídos y emisarios que
le siguieron. "Y acontecerá en aquel día, que Jehová visitará sobre el
ejército sublime en lo alto, y sobre los reyes de la tierra que hay sobre la
tierra. Y serán amontonados como se amontonan encarcelados en mazmorra, y en
prisión quedaran encerrados, y serán visitados después de muchos días"
(Isaías 24:21-22).
Así serán aprehendidos el diablo y todas sus huestes y en
cerrados en esta prisión, en donde ya no podrán engañar más a las naciones
hasta que los mil años del milenio hayan sido cumplidos.
"Y vi un ángel descender del cielo, que tenía la llave
del abismo, y una grande cadena en su mano. Y prendió al dragón, aquella
serpientes antigua, que es el Diablo y Satanás, y le ató por mil años; y
arrojólo al abismo, y le encerró,, y selló sobre él, porque no engañe más a las
naciones, hasta que mil años sean cumplidos: y después de esto es necesario que
sea desatado un poco de tiempo" (Apocalipsis 20:1-3).
4.—SATÁN ARROJADO AL LAGO DE FUEGO
Empero, es cierto que una vez más se le permitirá al diablo
andar suelto. Habrán nacido generaciones en la tierra durante la época
milenial, y ellas también tendrán que ser pro badas. Ellas también deben
probar, como todas las demás criaturas deben probar, que ellas servirán al Dios
de los cie los. Así que, estando libre Satanás, él hace su última resisten cia
desesperada. Sale para engañar a las naciones de la tierra. Y nuevamente
obtiene seguidores. Parece que siempre habrá algunos que escogerán hacer su
propia voluntad —la cuestión que es el corazón duro de toda la filosofía
desdichada del diablo. "Seréis como dioses" todavía es su grito.
Presuntuosamente, Satán y aquellos que escojan seguirle, irán a la batalla
contra el pueblo de Dios. Pero esta vez es el fin. Fuego cae del cielo y
destruye la hueste. Y el diablo que la ha engañado va a su destino eterno.
"Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su
prisión, y saldrá para engañar las naciones que están sobre los cuatro ángulos
de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número
de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la
tierra y circundaron el campo de los santos, y la ciudad amada: y de Dios
descendió fuego del cielo, y los devoró. Y el ^'ablo que los engañaba, fue
lanzado en el lago de fuego azufre, donde está la bestia y el falso profeta; y
serán atormentados día y noche para siempre jamás" (Apocalipsis 20:7-10).
Y así Satán, después de miles de años de un esfuerzo vio
lento pero infructuoso, para evitar su destino, recibe su mere cimiento justo.
Es lanzado al lago de fuego y azufre, que ha sido preparado para él. Porque en
verdad este lugar nunca había sido destinado para los seres humanos; fue
preparado para el diablo y sus ángeles. Solamente irán allí los que deli
beradamente escojan seguir a Satán.
"Entonces dirá también a los que estarán a la
izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y
para sus ángeles" (Mateo 25:41).
Habiéndose dado cuenta para siempre de Satán, principia la
edad de las edades. Es el tiempo del nuevo cielo y la nueva tierra. Es el
tiempo que se ha vislumbrado desde la fundación del mundo, cuando todas las
cosas que Dios ha preparado para Su pueblo serán reveladas. ¡La nueva Jerusalem
que desciende de Dios del cielo! ¡Una ciudad que es cuadrada, con paredes de
jaspe, puertas de perla, y calles de oro! Un lugar en donde no habrá más
pecado, ni enfermedad, ni muerte. Y en esa ciudad no hay ni sol ni luna. Porque
Dios y el Cordero son la luz de esa ciudad.
los demonios:
EL ORIGEN DE LOS DEMONIOS
De dónde han salido los demonios? Esta es una pregunta que
frecuentemente se escucha, y se hace más fácilmente que se contesta. Mientras
que es evidente que los demonios no deben ser incluidos entre los ángeles
caídos que fueron lanzados fuera del cielo en el tiempo de la rebelión de
Satanás, no obstante, pa rece probable que su caída está asociada en alguna
forma con esta rebelión.
Los demonios son una clase de seres espirituales caídos de
los que la Biblia toma nota frecuentemente. Se les llama en va rias formas,
espíritus malignos, demonios o diablos. Aunque son seres espirituales, son
claramente de una orden diferente que Satán o los ángeles caídos.
Con una posible excepción, tal como la de la entrada de
Satanás en Judas, no tenemos un registro de ángeles caídos que habiten cuerpos
humanos. Los ángeles caídos aparentemente tie nen un cuerpo espiritual de
alguna clase y no tienen necesidad de incorporarse. Su esfera de actividad está
en los cielos más bien que sobre la tierra —aunque es verdad que serán echa dos
fuera de los cielos durante la gran tribulación (Apocalip sis 12:12).
Los demonios reconocieron la deidad de Cristo, clamando,
Qué tienes conmigo, Jesús Hijo del Dios Altísimo? Te con
juro por Dios que no me atormentes" (Marcos 5:7). La versión de Mateo
dice, "Qué tenemos contigo, Jesús, Hijo de Dios? has venido acá a
molestarnos antes de tiempo?" (Mateo 8:29). En la versión de Lucas los
demonios ruegan a Cristo que no los mandasen al "abismo" o
"profundo", sino que les permitiera entrar
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