Los mortales que han
conseguido verle son muy pocos.
Es un caballo blanco,
con patas de gamo y cola de león, cabeza púrpura, ojos azules y un cuerno largo
y retorcido en la frente, blanco en la raíz, negro en el centro y rojo en la
punta.
A causa
de este cuerno, se le conoce en otros lugares como "unicornio", pero
el de Cantabria es distinto, pues esto explica la increíble velocidad a la que
galopaba, pues los pocos pastores que lo vieron cuentan que rebotaba de risco
en risco como una centella.
Se dice que vivía en
los lugares más inaccesibles de las cumbres, allí donde siempre hace sol porque
las nubes no llegan tan alto. Sólo bebía agua de los manantiales más puros y
comía florerillas tiernas.
La única manera de capturarlo era con el señuelo de una hermosa y pura
doncella, a la que el alicornio se acercaba lenta y mansamente, que era el
momento en el que los cazadores se abalanzaban sobre él y lo mataban, pues se
sabe que a quien bebiera del cuerno del alicornio (una vez arrancado y
transformado en vaso) nunca le haría daño ningún veneno ni sufriría ningún otro
tipo de mal. parece ser que tenía unas alitas encima de las pezuñas y de ahí el
nombre de "alicornio"
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