Durante muchos meses, las Hadas esperan la llegada de la primavera. Ellas, que lo saben todo, también saben el día exacto en que brotarán las primeras flores del cerezo, pero prefieren mantener el secreto. ¡Es tan bonito despertarse un día en medio de una nube de pétalos color de rosa...!
Con el florecer de los cerezos, empieza la estación más dulce del año. La que prefieren las Hadas, la que entibia el aire y calienta la tierra, la que permite que todo en la Naturaleza se renueve, germine, nazca...
Las pequeñas hadas esperan, impacientes, que se produzca el milagro que convertirá una preciosa flor en un jugoso fruto.
OTOÑO
En el suelo del bosque se arremolinan dorados tesoros, montones de hojas secas que crujen cuando las apretamos en nuestras manos y que vuelan muy, muy arriba cuando las esparcimos a puñados por el aire.
Para las Hadas es un tiempo bueno para descansar antes de que las nieves del invierno y los vientos helados las sobrecarguen de trabajo. Ya sabemos lo muy ocupadas que estarán cuidando de los bosques y sus habitantes
Así que durante este mes, no es raro encontrarlas bailando sobre las hojas, mientras en el suelo del bosque los animales hacen una paradita en sus actividades para mirar como se divierten sus amigas y alegrarse con ellas por el regalo de noviembre.
Es verdad que el Viento resulta un poco molesto a veces pero a las Hadas no les importa que sople con alguna fuerza sobre los campos. Eso sí, da un poco de trabajo porque suele arrancar hojas a los árboles y pétalos a las flores y no hay más remedio que acudir a las varitas mágicas y reparar todo aquello que ha estropeado pero tiene también su lado bueno.
Deja espacio para que broten las nuevas hojas y envía lejos las semillas de las flores. Así podrán crecer en muchos lugares distintos y alegrarán la tierra. Además, permite a los pequeños hacer prácticas de vuelo, y a los mayores secar sin esfuerzo sus vestidos de fiesta.
INVIERNO
No penséis que las hadas desaparecen en Diciembre, o que se quedan en sus casas de cristal, a cubierto de la nieve y de los vientos helados. Nada de eso.
En lo más crudo del invierno, las hadas no tienen tiempo para descansar mucho. Ellas son quienes procuran que la nieve no rompa demasiadas ramas a los árboles, cuidan de los pequeños animalitos y les buscan refugio, extienden sus alas sobre los arroyos para que no se hielen y, al amanecer, soplan suavemente sobre las violetas para quitarles la escarcha.
Oh si...! Las hadas tienen mucho trabajo en invierno...! Y los días de Navidad, cuando todos los ángeles están atareados llevando la Buena Nueva por el mundo y procurando que los niños no se hagan daño con sus patines nuevos, podemos confiar en que ellas sabrán guardar los bosques y a sus habitantes.
Ni se te ocurra, especialmente en Diciembre, cortar una simple hierba, ni mucho menos una flor o una rama de árbol sin mirar atentamente lo que haces. Podrías dañar las alas de un hada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario