lunes, 10 de marzo de 2014

AFRODITA/ VENUS

Una de las más famosas deidades del panteón griego, diosa del amor en todas sus formas, de la fertilidad y de la belleza. Su nombre es aun discutido en su etimología, parece la más segura la que apuntaba Hesíodo con su referencia a afros: espuma, por el mito de su nacimiento.

Era muy venerada en toda la región de la cultura griega y sus principales santuarios se hallaban en Pafos, Amatos, de Chipre, en Citera y en Corinto de donde sus nombre de Pafia, Cipris, Citerea, etc.
Como base se puede tener la concepción del poder sexual personificado. De ahí la protección a la generación humana, a la fertilidad de los campos, a la santidad del matrimonio. Es curiosa su representación del doble sexo y de ella deriva el mito de Hermafrodito. Se la presenta con barba alguna vez. Protegía la prostitución de aspecto sagrado como la que se practicaba en Corinto.


Era diosa de la vegetación y la unían en su culto con Adonis, como personificación de la doble base de toda vida: los dos principios, el masculino y el femenino. Poder de vegetación que venía del fondo de la tierra, pero daba a conocer el origen de la vida. Era diosa de la marina acaso por el mito de su nacimiento, y con esta especial atención la llamaban Afrodita Pontonia o Euploia. En Esparta, Chipre y Citera la veneraban como diosa de la guerra. Este aspecto probablemente tenga raigambre oriental. El título de Afrodita Urania acaso es una pura invención de especuladores posteriores y no tiene gran apoyo en las fuentes. Se debe a la confusión con una diosa oriental adorada en Chipre con nombre similar. Un hecho digno de notar es que más bien era objeto de la celebración personal que de la pública. Nunca tuvo  juegos propios y era  celebrada en forma muy ligera exteriormente.


Cuando Crono mutiló a su padre Urano y sus órganos  genitales cayeron al mar, éstos produjeron una espuma blanca en el agua de cual nació Afrodita, la diosa del amor y va en una gran concha a dar a las playas de Citera.
Según cuenta la leyenda, un día apareció sobre la isla de Cite, una doncella de una belleza nunca antes  presenciada sobre la faz de la tierra. Le pareció muy pequeña y se fue hacia el Peloponeso y de paso se estuvo en Pafos, Chipre. Donde ella pisaba brotaban hierbas, plantas y flores . Cuando estuvo en Pafos las estaciones hijas de Temis la ataviaron gallardamente.  Las olas, que la recogieron del agua, llevaron hasta el Olimpo. Todos los dioses al verla quedaron deslumbrados por tanta belleza y solicitaron a Zeus su autorización para desposarla, pero el supremo dios solo le concedió esa dicha a su hijo Efesto.
A está leyenda común hay que contraponer la que dice que contraponer la que dice que nació de los órganos genitales de Cronos, cuando Zeus lo mutiló y arrojó al mar. Y aun  la otra versión de que nación de una unión de Zeus con Dione, hija de Océano y Tetis. En todas las versiones va acompañada al nacer de palomas y gorriones, aves que le están consagradas, tal vez por su fertilidad y salacidad. 
Ya en la consagración de los dioses tuvo gran fama. Llevando un cinto que tenía el don de encender en amores al que lo portaba. Todos lo deseaban y ella a nadie quería darlo.
Afrodita cumplió el mandato de Zeus y se casó con Efesto, aunque amaba a Ares, con quien mantenía amores en secreto. Una mañana en que Ares y Afrodita dormían juntos fueron descubiertos por Helio – el que todo lo ve–,  que acudió al marido ultrajado a relatarle su descubrimiento. Este ideó en secreto una trampa para descubrirlos juntos, así creo una red mágica, prácticamente invisible que solo el podía accionar. Una noche en que Ares estaba junto Afrodita compartiendo su lecho, Efecto cerro la red sobre ellos y llamó iracundo a todos los dioses del Olimpo. El espectáculo produjo en todos ellos un gran regocijo.


Apolo je hizo esta pregunta a Hermes: ¿Te pesaría en la posición de Ares, aunque estuvieras ceñido con esa red? Hermes dijo: Te juro por mi cabeza que ni aunque fueran tres redes y estuvieran todas las diosas de enojo la cabeza. Soltaron ambos la carcajada lo cual disgusto a Zeus quien dijo que ese era asunto de marido y mujer y que no intervendría en tales querellas. Después reprendió a Efecto por dar tal publicidad aun hecho tan vulgar.
Poseidón al ver a Afrodita desnuda se enamoró de ella he hizo causa común con Efesto, por aversión a Ares. Si Zeus no interviene, yo si dijo. Pero pidió que se le diera una cantidad tan grande como los regalos de boda. Concediendo el marido, con tal que se pusiera bajo la red.
Lo hará con mucho gusto, si esta con el Afrodita, dijo  Apolo riendo Yo no se si podrá hacerlo Ares, pero yo lo hare si me caso con ella, dijo Poseidón.
Con lo que la diosa huyó avergonzada a la isla de Chipre y al bañarse en el mar volvió ha ser virgen, mientras que Ares se retiró a la Tracia. A pesar de la vergüenza que le pudo suponer ha Afrodita, el ser descubierta junto a su amante, no por ello renunció a las aventuras con Ares y otros mortales. De los amores que mantuvo con Ares (Dios de vigor y belleza varonil, era natural que se diera como tronco de personas de valor físico y moral) nacieron Deimo, Fobo, Harmonía, Anteros y Eros, sin duda este último se convirtió en su favorito y se hacia acompañar por el en la mayoría de sus visitas a los humanos. 
Otros amantes de la diosa más hermosa fueron Adonis, que murió en las garras de un jabalí que Ares incitó con él movido por los celos, y el troyano Anquises al que dio un hijo, Eneas, que tras la caída de Troya huyó de la ciudad y portando el fuego sagrado del hogar consiguió establecer en el Lacio en donde más tarde sería fundada la Ciudad de Roma. Por eso los habitantes de Lacio, en general, y la familia Julia en particular siempre presumieron de tener antecedentes divinos.

Quedo prendada de Hermes y le concedió una noche de ese curso nació Hermafrodito. Lo mismo concedió a Poseidón de su unión nació Rodo y Herófilo. Nadie sin embargo pago los regalos de boda. Efesto estaba tan enamorado de ella que ya no quiso repudiarla.

Más tarde la diosa tuvo amores con Dioniso y dio a luz a Príapo. Pero Hera intervino en venganza de su ligereza y doto al hijo de un cuerpo feo y de enormes atributos de la virilidad.
No es cierto que Zeus haya tenido también tratos con ella en ese campo, pero sí su cinto le atraía tanto que quiso probar fortuna con ella. Para eso la enamoró locamente de un hombre que fue Anquises.
Era este un hermoso hombre hijo del rey de los Dárdanos, y apacentaba sus rebaños en el Monte Ida. Una noche la diosa se disfrazo de princesa frigia y, vestida de rojo, fue a la cabaña en que yacía Anquises y se acostó a su lado sobre la cama  de pieles de leones y osos en que el príncipe dormía. En torno de ellos rumoraban  volando la abejas. Pasó una larga noche de amor y se sintió complacida de haber tenido concurso con un mortal. Al despedirse por la mañana descubrió quien era el azorado joven. Sumamente espantado al saber que había yacido con una diosa, le rogo que le perdonara la vida y no fuera a morir, como es fama que mueren los que intiman con seres divinos.  Ella le aseguro que su vida sería larga y feliz y que el hijo que de está unión iba ha nacer sería muy famoso. Zeus irritado le envió el rayo, pero interpuso si cinto Afrodita y en él se quebró. Fue a dar roto  a los pies de Anquises. Quedó baldado de los pies y cuando el hijo hubo nacido, la diosa lo olvido por completo. Ese hijo fue Eneas.
Una hija de rey, que varía mucho en la fuentes, pues indican ya a Tias de Asiria a Fenix de Biblos o a Ciniras de Chipre, se estaba jactando de ser tan hermosa como Afrodita. Y aun superarla en gracia. Otros dices que el que se jactaba era el rey más no la princesa. Y aun que era el padre de la joven. Ella se llamaba Esmirna y fue castigada por la diosa con un amor loco hacia su propio padre y su entrada a su lecho, una noche en que la nodriza de ella, por su encargo, lo había embriagado. El rey cuando se dio cuenta de que era el autor de su embarazo, sin  haberlo sabido, ni querido, la desterró de su palacio con espada en mano. La hizo llegar a la falda de un cerro y allí Afrodita la transformo en planta llamada mirto. Cuando nació el hijo, que fue Adonis, la diosa estaba arrepentida de su dureza y lo encerró en un cofre que dio a guardar a Perséfone, renina del Hades, con el encargo de que lo colocara en el lugar más sombrío del palacio. Perséfone curiosa abrió el cofre y vio al niño.
 Lo sacó y lo llevó a las mejores estancias del palacio. El hecho llego a conocimiento de Afrodita, que vino a reclamar su encargo. La diosa del averno se negó a entregar al niño ya casi joven, por estar enamorada del él. Para dirimir la contienda apeló a Zeus. El dios sabia que Afrodita esta enamorada del joven y lo deseaba para sí. Zeus dejó el fallo a la musa Calipe. Esta dio un fallo contemporizador. Las dos amaban al joven, las dos tenían derechos iguales: una por intervenir en su nacimiento, otra,  por haber guardado su vida en deposito. Entonces sostenía que el joven debía estar medio año con Afrodita en la luz del sol  y la alegría del mundo y medio año con Perséfone  en la honda tiniebla del Hades. Otras versión es que el año quedo divido en tres partes: una para Afrodita, otra para Perséfone y la tercera para el mismo en plena libertad. Y que Afrodita no contenta  con esa solución  le pidió al joven que le cediera su parte y viviera dos terceras parte con ella y una con Perséfone. Está no quedo satisfecha. Fue a ver a Ares a Tracia y le contó que ahora la diosa del amor prefería a Adonis y lo desdeñaba a él. ¡Y es un puro hombre mortal!¾ exclamaba ¡Y además afeminado!
Ares lleno de ira, se disfrazó de jabalí y fue a buscar a Adonis que andaba de caza en el monto Líbano. Se echó sobre él y lo hizo trizas, a los ojos mismos de Afrodita. Al caer herido, brotaron anémonas en el prado.
Afrodita fue a ver a Zeus y a quejarse de la mala acción de Ares. Le rogo que Adonis solamente permaneciera en el Hades en los meses de sombra, y el resto del año, con ella. Versión que varía de la anterior. Hay quién diga que el jabalí era el mismo Apolo que se vengaba de la ofensa que le había hecho Afrodita.
Una vez la diosa para dar celos a Adonis se entregó a Butes, uno de los Argonautas, por varías noches. De esa unión nació Erox, rey de Sicilia.

Los hijos que hubo con Adonis son: Golgos, que fundó la ciudad de su nombre en Chipre, Berea, una mujer que fundó la ciudad que se llamaba como ella en Tracia.

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