sábado, 28 de diciembre de 2013

ARTEMIS/ ARTEMISA/ DIANA


Era sumamente popular en Grecia entera, pero tiene características de haber sido una diosa prehelénica que se asimiló el grupo de los invasores. Se tienen restos en Micenas y tierras de Minos y es probablemente diosa muy antigua venerada ahí. Algunas veces se con Hécate o Selene.
Su campo de acción es la tierra, pero en especial la no cultivada, como selvas, llanuras estoposas, montañas  indómitas. Es diosa de algunas ciudades, pero relacioada con algún aspecto selvático.La diosa de la Caza, de las Fieras y de la Naturaleza salvaje. Su nacimiento tuvo lugar poco antes que el de su gemelo, Apolo, por lo que es hija de Zeus, el gran dios y la tinánide Leto, nada más nacer dio muestras de su resolución y fuerza al ayudar a su madre  durante el nacimiento de su hermano.


Con la interrelación entre las diversas tradiciones  de las ciudades esta griegas, Artemis podía aparecer con una dulce y casta doncella, como una feroz criatura asociada siempre al oso o como una diosas de las Cosechas, llegando a recibir en ofrenda los primeros frutos recolectados de la tierra, por lo que puede aparecer asociada a la gran diosa madre, Ceres, o incluso a Selene, por su carácter de protectora de la luz lunar.  La asociación entre Selene y Artemis corría paralela a la que se produjo en diversos momentos entre su hermano gemelo Apolo, y el dios Helios.





A causa ser fundamentalmente una diosa considerada virgen, era la protectora de las jóvenes, aunque en ocasiones solicito el sacrificio de alguna para aplacar su furia, tal fue el caso de Ifigenia, que debía ser sacrificada por los griegos si querían que sus barcos partir hacia Troya. A favor de Artemis hay que decir que Ifigenia fue rescatada por la misma diosa y llevada con ella.
Su virginidad no la impidió aparecer como una deidad protectora en los partos, tanto en Grecia como en Roma se realizaban ofrendas de flores a la diosa por parte de las jóvenes que iban  a ser madres para solicitar su ayuda durante el difícil momento del alumbramiento y para que pudiera proporcionarles una muerte dulce, en el caso de que esta se produjera.

Diosa de la fecundidad masculina los mismo entre hombres que en las bestias.
Protege a los niños pequeños , pero ama la caza, principalmente ciervos.


Un día la tenía Zeus en sus rodillas, cuando ella apenas tenía tres años y le preguntó que regalo especial quería. Ella dio una larga lista de regalos que deseaba: virginidad perpetua, muchos nombres como Apolo, arco y saetas, la capacidad de dar a luz a otros, una túnica color de azafrán con ribetes rojo que le llegara a las rodillas, seis ninfas del mar que tuvieran su misma edad y le sirvieran de escolta, veinte ninfas para que la cuidaran sus aderezos de caza y sus perros, cuando no anduviera en el monte siguiendo ciervos, y todas las montañas de la tierra. Quería además una ciudad no muy grande, para reposar de tiempo en tiempo.

El dios le respondió que ahora no temía a Hera y le concedía todo lo pedido y aun más. Le concedía treinta ciudades y parte en el dominio en otras y la constituía guardiana de caminos y puertos.
Le dio ella las gracias y se fue a Creta y en el mar escogió ninfas de nueve años que formaran su sequito.
De camino invitada por Efesto fue a visitar la fragua de los Cíclopes y vio como estaban forjando una gran cuba para los caballos de Poseidón, y él ciclope Brontes, que le enseñó ha hacer cuanto ella quiso, la tomó y sentó en sus piernas. Ella disgustada le arrancó un mechón de los vellos  que tenía en el pecho, y le quedó para siempre la mancha desnuda.

Sus acompañantes las ninfas quedaron aterradas ante la figura de los ciclopes y la negrura de su fragua. Por eso era usual en Grecia espantar a los niños con la fragua de los ciclopes  o mencionarle a Brontes, Esteropes y Arges que eran los tres principales.

Artemis pidió que le hicieran un arco y un carcaj de plata y les prometió en recompensa la primera casa que cobrara.

Ya armada se fue ha Arcadia. Allí encontró a Pan que estaba destazando un lince para alimentar a sus perras y los cachorrillos de ellas. Le hizo el obsequio de perros de su jauría: tres grandes mastines, dos bicolores y uno manchado y siete perros de husmeo que traía de Esparta.
Prosiguió su  marcha al fin capturó dos pares de ciervas que unció a su carroza de oro con correas de oro. Ya en ella se encaminó a la Tracia. Llegó hasta el monte Hemo.  Cortó árboles, encendió teas y ensayó su arco y sus flechas que le habían fabricado los cíclopes. Dos flechas  fueron a dar en los troncos de los árboles, la tercera mató a una fiera y la cuarta a un malvado.
Hacha está correría, regresó a Grecia. Las ninfas del Amnisio desuncieron las ciervas, las limpiaron y les dieron de comer, de las misma pastura que comían los caballos de Zeus, y de beber cubos de oro.

Pese a sus propósitos de mantenerse casta y virgen, la diosa cazadora no dejó de sentir en más de una ocasión el arrebato del amor.

Según nos relatan los antiguos, en una ocasión fue un joven cazador el causante, se llamaba Orión, dotado de una espléndida belleza y fuerza. Su hermano Apolo intentó disuadirla de sus propósitos, quizá a causa de los celos, ya que supondría  perder el amor exclusivo de Artemis, o porque le consideraba indigno del ilustre linaje de su familia, ya que Apolo tremendamente orgulloso.
Como no considero su propósito y Artemis porfiara en su empeño, Apolo ideó una cruel estratagema para dar muerte al amante de su hermana. Un día en que Orión estaba nadando, tan adentrado en las olas marinas que apenas si se vislumbraba una mota desde la orilla, Apolo hizo como que dudaba de la puntería de su hermana en el tiro al arco y la invito a tirar sobre aquel punto. Artemis, incitada por su amor propio, cogió una de sus flechas, tensó el arco y disparó contra el blanco. Cuando descubrió contra quien había disparado cayó en una profunda desesperación. Sus lagrimas  enternecieron al propio Zeus, quien atendió a su ruego para que Orión fuese convertido en constelación. Desde entonces Orión continúa en el cielo con sus partidas de caza y a veces puede escucharse los ladridos de su jauría.
Las venganzas de Artemis fueron legendarias, llegado a límites insospechados para reparar las ofensas que sufrió ella y alguien querido por la diosa. Tal fue el caso de Niobe, cuyos hijos, seis muchachos y seis muchachas de una gracia y belleza sin par, fueron abatidos por las flechas de la diosa y su hermano. El motivo fue la ofensa que recibió Leto por parte de Niobe, al jactarse ésta de su gran capacidad como madre, ya que había tenido doce vástagos, a cual más hermoso, mientras que la tinánide tuvo que conformarse con dos.

Alfeo, hijo de Tetis, dios del río de su nombre, se enamoró de ella y la persiguió por toda Grecia. Cuando iba a caer en sus manos ayudada por sus ninfas, se untó de fango la cara y el dios ya no pudo reconocerla. Tuvo que volverse despechado.
Era sumamente rigurosa con sus ninfas y exigía que fueran castas.

Cuando Zeus sedujo a Calisto y Artemis advirtió que iba ha ser madre, la convirtió en osa  y la echó a la selva entre los demás animales. Otros dicen que a su jauría. Pero Zeus vino en ayuda de ella y la llevo al cielo: es la osa mayor. Varía esta versión diciendo que el que la  convirtió en osa fue Zeus mismo. Y que por error Artemis la mato cazando. El hijo de Calisto fue Arcas, tronco de los de Arcadia.


Un día Acteón, hijo de Aristeo, vio ha Artemis bañándose y se solazaba con  su hermosura. Más tarde hizo alarde de que la diosa se había desnudado para él. Ella en venganza lo mudo en ciervo y azuzó sus cincuenta perros que lo hicieron pedazos en un momento.

APOLO / FEBO


Con Atena es acaso el más celebrado y representativo de los dioses griegos . Es del tipo de la belleza masculina en su flor. Todos los más altos y útiles menesteres humanos se le atribuyen, o se ponen bajo sus tutela música y medicina; profecía y artes de las armas; ganadería y agricultura. La ley y la moral también se hayan supeditadas a su influjo. Es probablemente  uno de los dioses más genuinamente  indoeuropeo. De ahí que sus mitos son interminables.

Apolo es considerado el dios de la música y la poesía, así como de las artes adivinatorias. Hermano gemelo de Artemis sus padres eran Zeus, soberano de los dioses, y Leto, hija de Titanes.
Zeus se enamoró de Leto y la persiguió. Para lograr sus intentos la mudó en codorniz, al par que el mismo. No quedó oculto el hecho ha Hera, que envió a la serpiente pitón a perseguir a Leto por todo el mundo. También estableció que no debía dar a luz en ninguna región donde  luciera el sol.
 Se contaba que cuando Leto estaba encinta de los gemelos, Hera a causa de los celos había prohibido que  en cualquier lugar de la tierra se ofreciese asilo, debido a esto Leto andaba errante, sin poder detenerse jamás.
Pero finalmente Delos, que hasta entonces había sido una isla flotante y estéril, y que no tenía nada que temer de la cólera de la esposa de Zeus, consintió en darle acogida.
Los dolores de parte se prolongaron durante nueve días y nueve noches, todas las diosas acudieron a su lado, salvo Hera y su hija Ilitia. Ante los gritos desgarradores que profería  la parturienta, el resto de las diosas prometieron a Hera un collar de oro y ámbar de nueve codos de longitud, si Ilitia podía ayudar a Leto durante el parto.  Aunque a Hera la costó admitirlo, al final permitió que su hija llegara hasta la isla de Delos y auxiliara a la joven titán.
La primera en venir al mundo fue Artemis, que tan pronto como nació ayudó al alumbramiento de su hermano Apolo.
Nacido Apolo lo alimento Temis con néctar y ambrosía. Al cuarto día de su nacimiento ya pidió arco y flechas, que Efesto se apresuro a proporcionárselas.
Salido de Delos, se encaminó al Parnaso y buscó a la serpiente Pitón, que era perseguidora de Leto. La hirió con sus flechas y ella huyó al oráculo de la Madre Tierra en Delfos. Llegó Apolo hasta allá y la mató, precisamente al lado de la gran hendedura que sirve de base al oráculo.
La diosa de la tierra se quejó con Zeus y él mandó a Apolo que fuera a purificar el templo y fundó  los juegos  en honor a Pitón. No hizo caso Apolo y fue más bien a buscar a Pan, que le dio el secreto el oráculo y el dios se adueño de la sede y de las sacerdotisas de Delfos, que fueron desde entonces sus súbditas.
Leto fue con Artemis a Delfos y trató de hacer las debidas purificaciones. El gigante Titio trató de violarla. Cuando Apolo y Artemis lo supieron vinieron y lo mataron. Titio hijo de Zeus, está en el averno con brazos y piernas atados al suelo y ocupando una enorme superficie.
También mató a Marisias, sátiro del séquito de Cibeles, por intentar contender con él en la música.

Tuvo un segundo hecho de contienda con Pan. Puso de árbitro a Midas, con mal resultado para los dos.

Apolo, quizás siguiendo la estela paterna, tuvo amores con multitud de ninfas y mortales.

Fue Apolo adverso al matrimonio, pero dejó varios hijos en diversas ninfas y mujeres estas son los principales:
·      Pitia,  que dio como hijos a Doro y sus hermanos.
·      Talia, la musa, de quien hubo a los Coribantes.
·      Coronis, de quien tuvo a Asclepios.
·      Aria, de quien nació Mileto.
·      Cirene, madre  que fue de Aristeo.
·      La seducción de Driope es novelesca. Estaba ella en el monte Eta cuidando los rebaños de su padre. Apolo se transformó en tortuga. La joven junto con sus amigas las Hamadriadas, se puso a jugar con ella. Al fin, al alzó y la puso en su seno. La tortuga se convirtió en serpiente, ahuyento a las amigas y poseyó a Driope. Ella dio a luz a Anfiso. La madre fue sacerdotisa de un templo que el hijo levanto a su padre hasta que las Hamadriadas la corrieron.

Tuvo también malas aventuras Apolo. Una vez intento raptar a Marpesa    del Monte Ida, pero ella se opuso, muy fiel a su marido.

En cierta ocasión, en la que atravesaba el país de los tesalios, siguiendo una partida de caza, divisó en las orillas del río Peneo a una joven extremadamente hermosa, que respondía al nombre de Dafne. Esta muchacha era en realidad una ninfa que se entretenía en vagar por aquellos solitarios parajes y abatir a las fieras con sus flechas, cubriéndose son sus vistosas pieles.
La vista de aquella joven y esquiva hermosura conmovió el corazón del dios, pero en cuanto trató de acercarse a ella, Dafne huyo presurosa. Cuando el joven dios estaba a punto de darle alcance a la ninfa, ésta exclamó, dejándose caer sobre el suelo: «¡Oh, tierra, acógeme en tu seno, sálvame!»
Al terminar su innovación, sus miembros se distendieron con la rigidez de la muerte, sus cabellos se convirtieron en hojarasca y sus brazos en largas ramas de sus pies brotaron raíces y su cabeza se convirtió en la frondosa copa de un árbol. Apolo se refugió bajo el gran laurel en que se había convertido la ninfa, mientras pensaba: «Dafne, tu serás de ahora en  adelante mi árbol, el árbol del dios Apolo. Tus hojas coronarán mi cabeza y serán el adorno de las valientes guerreros y de los triunfadores atletas, poetas y cantores.»

Como todos los dioses griegos amo también a los hombres. Jacinto fue amado por Apolo y como le fue desdeñoso, lo mudo en flor de su nombre.

Una  aventura de otro género tuvo ante su padre. Asclepios había resucitado a un hombre y Hades fue a quejarse con Zeus. El dios mató con un rayo a Asclepios  y Apolo su padre, en venganza, mato a los Cíclopes. Enojadísimo el rey de los dioses quiso relegarlo para siempre al Hades, pero intervino Leto y la sentencia fue conmutada por un año de trabajo por un año de trabajo como esclavo en casa de Admeto, rey de Tera. El dios Apolo se sometió y cumplió con su pena y ayudó a su amo.
Desde entonces fue más pacato. Y se dice que a el se deben los lemas Helénicos: Conócete a ti mismo. Nada hay que hacer en extremo.
Fuera de esas aventuras pueden mencionarse otras, como los amores con Casandra, hija de Príamo, que vino a tener mal fin.

Lo más notable de Apolo eran los  oráculos de Delfos.

Belleza, poesía, música y arte de guerra: todas las ilusiones masculinas se encarnan en este dios, con la suma virilidad de que da muestra en sus varios hijos y aventuras. Tuvo por eso gran culto en Grecia y en las regiones todas del Imperio Romano.

domingo, 22 de diciembre de 2013

DOS CURIOSAS FORMAS DE CONVERTIRSE EN VAMPIRO

Dos formas curiosas de convertirse vampiro.



Existen muchas formas de convertirse en vampiro. De hecho, quizás demasiadas.

Si nos guiásemos por las leyendas urbanas existen tantas formas de transformarse en vampiro que lo realmente asombroso sería encontrarse con alguien que no fuese un vampiro.

Dentro de las conversiones más formidables está el caso de una mujer húngara del siglo XIII.

Su marido, acaso por despecho, la denunció ante las autoridades seculares y eclesiásticas afirmando que había concebido durante el Viernes Santo, fecha escandalosa para el comercio amoroso, aunque sea dentro del marco lícito del matrimonio, y luego de haber destetado al bebé prematuramente.

Estos delitos más bien austeros tenían como propósito denunciar no solo a esta mujer transgresora, sino también la posiblilidad de que el fruto de su pecado fuese un vampiro, ya que ambas cosas; el amor en una fecha prohibida y el destete prematuro de un infante, se incluyen en una larga lista de causas por las que alguien puede convertirse en vampiro.


Otro caso extraño de transformación involucra a una mujer de Rumania, que, según una crónica del siglo XII, no había consumido suficiente sal durante el embarazo, gestando de este modo a un vampiro particularmente desagradable.

Recordemos que la sal era considerada un arma notablemente eficaz contra el demonio, y, en consecuencia, contra cualquiera de sus esbirros terrenales, entre ellos, los vampiros.


Concepciones cronológicamente inoportunas, destetes prematuros, ausencia de sal en la dieta gestacional... las formas de convertirse en vampiro son, como decíamos, demasiadas.

AGARTHA: EL REINO SUBTERRANEO



Agartha (conocida como Agarthi, Agharta, Agarttha) es, según el mito, un reino subterráneo cuyas ciudades e inmensas galerías se extienden bajo Asia. La capital de este reino es Shamballa -Shambhala-, ubicada bajo el desierto de Gobi, sede del Rey del Mundo.

La leyenda de Agartha es una de las pocas que ha contado con el estímulo de los esoteristas. René Guenon, en su libro El Rey del Mundo, fue quien le dio impulso, seguido por numerosos entusiastas de la vida intraterrena. A continuación recopilamos una serie de observaciones e hipótesis formuladas por diversos estudiosos del tema.


Para los mongoles, Paradesha, una de las primeras ciudades de Agartha, fue fundada en el 380.000 a.C, pero su ubicación subterránea sólo retrocede 6.000 años. Ningún mongol aclara la problemática de de semejante traslado. Helena Blavatsky sostiene que Agartha está gobernada por la Logia Blanca, y señala el desierto de Gobi como el lugar donde aterrizaron los Señores de la Llama, provenientes de Venus, y retrocede su fundación hacia épocas tan remotas como 15.000.000 millones de años, incluso antes de que en el desierto de Gobi hubiese un grano de arena.

Earlybe Chaney vocifera que Agartha fue fundada por las almas de los sabios de otra civilización. Las llama Anunnaki. Sus hijos terrenales son los Annu. En un arrebato histérico, Chaney asegura que fueron éstos quienes trajeron al mundo el Arca de la Alianza, un arma de destrucción masiva y, al mismo tiempo, un artificio que manipulaba las variaciones de la gravedad terrestre. Los Annunaki colaboraron en la construcción de la Atlántida y Lemuria, y finalmente se marcharon, dejando a los Annu, ya degradados y mestizados, como sus representantes en la tierra. Advirtiendo la caída de la Atlántida, según Chaney, bajo una conspiración urdida por la Orden de Belial, los Annu huyeron hacia Egipto, y luego hacia las cámaras subterráneas denominadas Agartha.



La historia de Agartha creció, se volvió plástica, flexible, y todos los que se demoraron en ella incluyeron detalles más o menos interesantes. Ferdinand Ossendowski apunta que el reino de Agartha tiene entradas distribuídas por todo el mundo, desde el polo norte hasta Brasil, Siberia, los Andes, Egipto, la Antártida, y otras regiones inhóspitas. Incluso va más lejos, y asegura que Agartha está formada por innumerables continentes, montañas, ríos y ciudades, a las que denomina Red de Agartha. Preciso como pocos, Ossendowsi comenta que el promedio de habitantes en cada ciudad de Agartha asciende a 500.000 personas, y que Shamballa, su capital, ubicada bajo el monte Shasta, alcanza el millón y medio.

Si pocos se han puesto de acuerdo sobre la ubicación concreta de Agartha, ninguno lo ha hecho con respecto a sus pobladores. Blavatsky jura que éstos serían los sobrevivientes del Gondwana. Brad Steiger, indudable lector de H.P. Lovecraft, habla de los Ancianos o Antiguos, una raza primordial que habitó la superficie de la Tierra hace millones de años, huyendo a su interior con la intención de estructurar su propio medio ambiente. Los describe como homínidos de más de tres metros de altura, notablemente longevos y de carácter volátil. Willis Emerson sube la apuesta, y menciona que los habitantes de Agartha viven, en promedio, entre 600 y 800 años (es decir: 700), miden casi cuatro metros de altura y se comunican telepáticamente.

Es interesante notar que algunos mitos despiertan en la ciencia, o la pseudo-ciencia, lo peor de nuestro racionalismo. Que yo sepa, pocos han partido en búsqueda del Sheol, del Hades, de la Isla de los Bienaventurados, a excepción de San Brandan. Por el otro lado, hordas de entusiastas buscan con pasión alguna pista sobre Agartha, Lemuria, la Atlántida, sin reparar en el lenguaje del mito como una forma única e indivisible de ciertos conceptos, ideas, y emociones, las cuales, después de todo, sobreviven a los individuos que las sostuvieron. En este tema queda claro que, además de la diferencia nominal, el Mito -con mayúscula- y leyenda son polos opuestos. El primero habla el lenguaje de los ciegos, de los que ven el mundo en toda su infinita sutileza. El Mito habla de lo que no puede decirse, de lo incomunicable. Para ello se vale de signos y señales que presionan no sólo sobre nuestro sentido estético, en nuestra capacidad de apreciar "lo bello y lo sublime", sino en algún secreto mecanismo medular que se estremece ante las aguas heladas del Leteo, o tiembla ante el recuerdo arcaico de la oscuridad primordial. La leyenda, por su parte, transita un sendero menos sublime, menos divino, si se quiere, sus objetivos no buscan la eternidad, por lo tanto, su cadáver, desgastado y manoseado, es objeto de las lucubraciones menos poéticas.



Cihuateteo

Son la reencarnación femenina de las mujeres nobles que perdían su vida en labores de parto, las cuales guiaban al sol, junto a su v...