miércoles, 3 de julio de 2013

ZEUS



 
Es una deidad de origen netamente indoeuropeo y acaso la única con certeza absoluta, puede atribuirse  a los pueblos derivados de ese tronco. Como tal tiene un carácter que se debe tomar en cuenta. Más tarde su figura se identifica y enlaza con los números del pueblo invadido y da origen a una gran multitud de leyendas y mitos que tienen gran variedad de concepción, de los más altos  a los más rastreros. Exigen en este doble aspecto tratar en dos partes el tema.

1.- Zeus Indoeuropeo

Su nombre indica el cielo luciente. La forma casi segura de su primitivo nombre era Dyaus Piter. De allí el Divos, Dios, Zeus de los griegos y el Júpiter de los Romanos (primitivamente Dius Pater, el Tius de los germanos, que hallamos en el nomre de un día de la semana pronunciado Tiusday aunque escrito de otro modo. La verdad más sencilla es “Cielo Padre”.  Y en el cielo como principio de la vida veían los primitivos grupos de esta progenie al autor de la luz, manifestada en el sol, de la lluvia que fecunda los campos, del rayo que era el mismo tiempo fuente de vida, pues daba el fuego, y de la destrucción, pues mataba hombres y bestias y calcinaba campos y árboles.
Es la concepción del Dios sumo se mantuvo en el fondo de los corazones y el pueblo dispuesto siempre a pocas mudanzas, mantuvo la imagen del dios de la luz, del rayo, de las tormentas y de las amables  lluvias hasta el fin fueran las que fueran las ideas e iban elaborando poetas y pueblo ya elevado intelectualmente.

En los grupos que emigraron hacia el oriente y constituyeron los núcleos iránicos a indios, se mantuvo más bien el nombre general del cielo: Uranos en griego, _ que es también un dios (vid)_ y Varuna en  sanscrito.
Una  concepción que raya en abstracción era difícil que se conservara en su estado de sencillez primitiva.

2.-  Zeus helénico

Es característico de la cultura griega el sentido de asimilación al hombre: “ el hombre es la medida de todo”, dijo uno de sus filósofos. Y trato de crear todo a su imagen  y semejanza.  No es la hora de indagar de donde  proviene esta tendencia, que hay quien atribuya más bien a los pueblos dominados que comunicaron sus  creencias  e ideas a los invasores. Dejando esta cuestión a los sabios,  que concibieron a loa griegos en su afán de asimilarlo al hombre, dándoles todas las normas y pasiones de la vida humana. A veces hasta una repugnante crudeza. Al parecer esta amalgama de ideas y sentimientos se inicia en Creta y en las ciudades del continente que le eran tributarios en el orden de la cultura.

Es hijo de Cronos y Rea. Su padre, adverso a la prole,  devora a los hermanos que le han precedido en el nacimiento. Al nacer él, que es el sexto en orden, la madre hace una trampa a Cronos; le da un pedrusco envuelto en pañales. Más tarde habrá de vomitar ese pedrusco y con él a los hermanos de Zeus.
Zeus fue puesto en salvo por su madre y pudo no solamente vivir,  sino destronar a Cronos y subir a la soberanía  de los dioses.

Un oráculo le advierte a Cronos- titán del tiempo- que será destronado por uno de sus hijos, así que los devora apenas nacen. Rea cansada de esta situación decide dar a luz a Zeus en secreto y le da a Cronos una piedra en su lugar. Zeus es confiado a las ninfas y a la cabra Amalthea, quien amamanta al pequeño hasta su edad adulta.
Zeus crece y decide tomar el poder para vengar a sus hermanos. Metis su primera esposa, le da una bebida que hará que Cronos vomite a los hijos que comió. Luego Zeus libera a los cíclopes que Cronos había encerrado en el Tártaro –región más profunda del inframundo- y va a combatir a su padre.

La guerra con Cronos dura 10 años, los 3 hijos varones del titán se reparten el mundo por sorteo, aunque otras versiones aseguran que fue el mismo Zeus quien les otorgó esos reinados sin lugar a elección.

A Zeus le tocó el cielo, a Poseidón el mar y a Hades los infiernos.

Zeus también tiene que combatir contra los gigantes que lo quieren destronar, estos gigantes sólo pueden ser matados por las fuerzas combinadas de un dios y un mortal, por eso Zeus se busca a su hijo semidios y mortal, Heracles, conocido como Hércules por los romanos y los derrota.

Es considerado dios de la luz, del trueno, puede provocar la lluvia y las sequías, es el que mantiene el orden celestial, tanto entre los dioses como entre los hombres.

Cuando Rea su madre vio su potencia e ímpetu y la fuerza del rayo y la tormenta de que había sido dotado, le impidió que se casara, para que no engendrara una prole funesta.
El tanto caso le hizo que empezó por intentar violarla a ella misma.
Rea se convirtió en serpiente,  lo cual no arredró a Zeus, sino que igualmente él se hizo serpiente macho. Entrelazado con ella y en funestos giros realizó su deseo.
Esta fue la primera de interminable cadena de aventuras en el orden de sus satisfacciones  sexuales que es improcedente catalogar ahora.

Ligado con Mnemosine dio vida a las Musas. Una musa cada noche era el fruto de sus consorcios. Nueve noches yacio con ella.
De su unión con Eurinome nacieron las tres Gracias  o Járites, como les llaman los Griegos.
De Temis nacen por obra suya las Estaciones, u Horas, y los tres Hados o Hadas.
De la ninfa Estix nace Persefone,  que más tarde se casara con su hermano Hades. Y así en larga serie.

Casado con su hermana Hera, vive en  querellas interminables. Es toda una trasposición de la vida conyugal humana de un hombre alborotado y una mujer celosa: la historia de  sus conflictos, que dieron a los novelistas y poetas de la antigüedad  infinitos motivos de creación imaginaria.
Las disputas interminable, las ardides de Hera para dominar los ardores del marido y, al contrario, aun la petición  del cinto de Afrodita para enardecerlo.

Tan irritada se halló un día Hera  que convocó a los dioses y pidió que la ayudarán a vencer la  infidelidad habitual de su marido. Vinieron en su auxilio Poseidón, Apolo, y algunos otros. Se negó a venir Hestia. Zeus dormía,  hondamente fatigado de sus correrías amorosas. Hera y sus acompañantes lo ataron a su cama con correas de cuero bruto, con tanto nudo que parecía imposible romperlos o desatarlos. Despertó Zeus y los amenazó con matarlos son su rayo lejos de su alcance. Estaban seguros de haber logrado su victoria. Pero de improvisto se presenta Tetis en guerra contra los olimpos. Trajo consigo  a Bríareo. Este tenía cien manos y en un momento desato  las ligaduras. Fue la razón de odio de Hera  contra él.

Al recordar el Dios su libertad, lo primero que hizo fue colgar a Hera de lo más alto del cielo con un brazalete de oro y un yunque atado a cada pierna. Los demás dioses no se atrevieron a intervenir. Zeus les intimó que hicieran juramento de jamás rebelarse contra él.
A Poseidón lo castigo enviándolo  a ser esclavo de Laomedonte, y lo forzó a edificar Troya. Igual pena de dio a Apolo, y más tarde ponerlo  como esclavo de Admeto.

Enamorado de Metis, una de los Titanes, ella se le escapaba y el dios le iba siguiendo. Mudaba ella de formas y al fin pudo captarla y le dio un hijo. Dijo el oráculo  que daría a luz una hija, pero si después volvía a concebir, sería un hijo que destronaría a su padre. El dios la engaña y al yacer con ella se la traga. Más tarde siente una tremenda jaqueca y va a las orillas del lago Tritón a vomitar. No podía hasta que llego Hermes y le dijo que Efesto debía darle golpes en la cabeza para lógralo. Al fin de su esfuerzo vino a salir de su boca Atena. Nace ella toda armada, con yelmo y con brío guerrero.

Unido a Dione da nacimiento a Afrodita.
Rapta a Genimedes para sus placeres personales  y para copero de los dioses.
Sus hijos más famosos son, con las madres de quien proceden:
Hermes, hijo de Maya, hija de Atlas lo dio a luz en el monte Cilene, en Arcadia.
Apolo y Artemis, hijos de Leto,  la cual era hija de Coeo y Febe, titanes. Para su intento se convirtió en codorniz, lo mismo que a su consorte.
Dionisio también es hijo de Zeus,  pero en cuanto a su madre difieren las Fuentes. Se mencionó Démeter, Io, Dione, Persefone, Lete.
Heraclés, hijo de Alcmena, con la cual hizo obra por tres noches para lograr su existencia

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