miércoles, 3 de diciembre de 2008

LA BRUJERIA EN LAS DIFERENTES CULTURAS

La brujería está presente o lo ha estado en distintas culturas, visitando casi todos los puntos del planeta en algún momento de la historia. Ha sido objeto de estudio de muchos antropólogos, ya que independientemente de la parte de verdad y de imaginación que se ocultara tras ella, siempre llevaba consigo implicaciones sociales interesantes. En los pueblos primitivos, la brujería se entendía como la responsable de la mayoría de las cosas de las que desconocemos la causa (necesitamos buscar explicación a lo que sucede, y lo que no conseguimos entender suele acabar siendo explicado mediante la magia).
Muchas veces la acusación de brujería se dirige hacia los más allegados, amigos o familiares. Por ejemplo, entre los zulúes suele entenderse la brujería como resultado de la convivencia de mujeres de distinto linaje, de sus conflictos y sus rencores. Así, los antropólogos lo ven a veces como consecuencia de las propias estructuras familiares (por ejemplo, cuando al casarse un hombre con una mujer, se traslada al hogar de ella con su familia, llevando consigo a su hermana, que acaba sintiéndose desplazada).
Los azande de África central han convertido la brujería en un proceso para mejorar la convivencia. Cuando hay problemas, enfermedades, etc... se acusa a alguien de haber provocado el mal. Este alguien suele ser una persona que por cualquier otra razón ha hecho sentirse mal a quienes le acusan. Si después de llevar a cabo una serie de comprobaciones, se concluye que el acusado era, en efecto, culpable, se hace una especie de ceremonia en la que el acusado presenta sus disculpas y se compromete a intentar reparar el daño con detalles que hagan más agradable la vida de quien le acusó. Ahí termina el proceso, así que cuando hay problemas de convivencia suele recurrirse a él como manera de autorregulación de la sociedad consiguiendo así limar las asperezas que inevitablemente surgen en cualquier grupo que convive.



POR TIERRAS AFRICANAS



En muchas aldeas de África, se diferencia claramente entre lo que es el área del poblado, que significa un orden y una convivencia organizada, y la zona de los bosques o de los arbustos, que es el desorden. Las personas que se considera que tienen poderes especiales pueden ser tratados como "medicine-men" o chamanes si viven en la aldea, y como brujos antisociales si viven fuera de ella. En este caso, se les cree capaces de dirigir maleficios contra el poblado, y se les teme.
En cuanto a las brujas, en ciertas regiones, sobre todo en el sur del continente, se distingue entre brujas diurnas y nocturnas. Se supone que las nocturnas son esencialmente malvadas, mientras que las diurnas conviven sin dificultad con el resto del grupo y rara vez hacen daño. Vuelve así la asociación de la noche con lo oscuro, tenebroso, maligno.
Los basuto del sudeste africano describen a las brujas como mujeres que salen de noche montadas en palos voladores (nuestras escobas), bailan desnudas y comen carne humana. Temen especialmente que las brujas se interpongan en los muertos que se dirigen al mundo de los espíritus, convirtiéndoles en sirvientes espectrales que no podrán descansar (algo así como almas en pena).
Los lovedu creen que la brujería se transmite por la leche materna, y que la madre luego enseña a su hija cómo usar sus capacidades. No las consideran especialmente malas, sino traviesas: usan su poder para despertar pasiones en los hombres (en nuestra cultura, también nosotros hablamos de cómo emplear nuestros "encantos" para atraer al hombre deseado, así que parece bastante cercano a nuestra manera de actuar).
En algunas regiones de Nigeria se cree que las brujas se convierten en rapaces nocturnas que se alimentan con la energía de sus víctimas. Se dice también que cuando el sol cae, las brujas acuden a sus reuniones con el aspecto de bolas de fuego o transformadas en pájaros. Su manera de aumentar en número es colocar ciertas sustancias en los alimentos, que hace sentir a quien la toma la necesidad de "devorar almas".
Los gâ de Costa de Oro entienden la brujería como un gran poder mental. Así, no necesitan instrumentos ni ceremonias, les basta con dirigir sus pensamientos hacia una persona o una acción en concreto. Pueden reunirse de esta misma manera, aunque duerman cada una en su cabaña, les basta con estar presentes en cualquier otro lugar con el pensamiento.
De todas formas, hay constantes en lo que se refiere a brujería, que se mantienen independientemente de la zona. El explicar con ellas las desgracias que se sufren , ya sea personales o malas cosechas, epidemias, etc; el miedo a los alimentos que puedan haber sido manipulados por una bruja; la existencia de reuniones o bailes entre la mayoría de los grupos de brujas; la relación con la noche, con la luna; la capacidad de volar es otra característica muy presente, ya sea usando algún objeto como la conocida escoba, o transformándose en algún animal, como hemos visto que sucede en tribus de Nigeria. Y es que el mito de la Bruja, lo que representa, los miedos que de alguna manera ayuda a exorcizar, se ha extendido sin saber de fronteras, de culturas, de tiempo...

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