Preparación de la Espada
Te será necesario hacer preparar
una espada que no haya nunca servido para menester alguno, más o menos de la
forma que está dibujada ahí al lado, y, después de haberla lavado bien y
limpiado con vino en el que habrás mezclado un poco de sangre de una paloma
blanca, sacrificada un lunes a la salida del Sol, la secarás con un paño muy
limpio. Esperarás hasta el martes, día en el cual, a las seis de la mañana,
poco más o menos a la salida del sol, la tomarás en tu mano y recitarás estas
palabras con mucha atención:
Agla on penta grammaton, on atanatos, agraton, Tela,
justus, Tomon.
Deus abraham, deus Isaac, deus
Jacob respice servum tuum N. qui in tuo nomine pugnare cupit; jube angelis
tuis, ut mihi adsint, et nom mih deficiant in negociis meis et per te c’theos,
atanatos, agios, agios, Agios, alpha et Omega veniant angeli tui Cassiel,
Sachiel, Samael, Anael, Raphael, Michael, Gabriel et adjuvent me in omnibus
meis operibus, et nunquam me derelinquant et per Virtutem artis quam pátri meo
revelasti, sint mihi fidelos et obedientis per nomen tuum tétragramaton.
Después, te dispondrás a grabar o
mandar grabar con el buril sobre dicha espada los caracteres siguientes;
hecho lo cual, echarás incienso
que habrá sido previamente bendecido en el infiernillo con fuego que también
habrá sido bendecido, y recitarás la oración Agla, on, etcétera..., y luego la
meterás en su funda, que debe ser completamente nueva, y la conservarás para
las operaciones que lo requieran.
Preparación de los
Cuchillos.
Hay que mandar preparar cuchillos
tal como se te muestran aquí, que la hoja sea de un acero muy puro y que el
mango sea de madera de saúco; hecho lo cual, en día y hora del mes de marzo,
que tendrá que ser en martes, a la salida del Sol o a la una de la tarde, los
lavarás y los secarás tal como se ha dicho de la espada, hecho lo cual, asiendo
uno en cada mano, en el acto recitarás la oración siguiente: hel, ya, yac,
va adonay, Cados, Cados, Cados, oborel, Elohim, agla, hagiel, asel, Sadon,
Esul, Elhoy, heloim, delis, yeuy, del, Agios, Agios, Agios,
Rafael, Rafael, Rafael, domine deus omnipotens qui
luncta creasti ex Nihilo, nc despicias servum tuum, N. quite suplicitcr orat,
ut tibi placeat haec cultra benedicere, purificare et santificare ut sint digna
et efficacia ad meas operationes complendas; et jubé angelis tuis venire et
adsistere huic mea operationi. O domine omnipotens reminiscere patris mei cui
tribuisti omnium rerun cognitionem, fac ut per virtutem illius praeceptorum
pura evadant haec cultra et sint tibi grata per tuum nomen quod est sanctum
Tetragramaton.
Luego a continuación grabarás o harás grabar a la misma hora o parecida los
caracteres siguientes:
Habiendo impreso, o mejor dicho,
grabado dichos caracteres, los incensarás tal como se ha procedido en la
ceremonia de la espada, recitando la oración hel, ya, etc. Los envolverás,
después, con una tela o tafetán rojo y los guardarás hasta que se necesiten.
Exorcismo del estilete.
Hace falta preparar uno con acero
muy fino, y que la empuñadura sea del mismo metal. Lo lavarás y secarás tal
como se ha hecho con los cuchillos, y, habiendo clavado la punta del mismo a un
pedestal de madera de boj, recitarás las oraciones pertinentes a la de la
espada y a la de los cuchillos. La de la espada la recitarás antes del
incensamiento, y la de los cuchillos después. Luego de lo cual grabarás o
mandarás grabar los caracteres siguientes:
Una vez dichos caracteres hayan
sido grabados, los incensarás y bendecirás tal como en las precedentes
ceremonias de más arriba, y recitarás la oración hel, ya, yac, etc. Finalmente,
lo guardarás con sumo cuidado hasta que lo necesites.
Exorcismo del cortaplumas
Harás preparar un cortaplumas
cuya hoja sea de acero puro y fino, y cuyo mango sea de no importa cual
material mientras sea nuevo. Luego, habiéndolo lavado bien y secado siguiendo
la indicación precedente, será preciso ponerlo encima de una mesa blanca y,
después de haberla hisopeado e incensado, recitarás devota y atentamente la
oración: Agiel, asel, Sadon, Paliel, alma, Mammiel, Dilaton, Kaday, Catilva,
Utanzarat Zalphi, Carsali, Jaffua hictimi on, Agla, Agios, Agios, nomon, yotn,
Lupnat, miel, Ciel, miel, Ciel, Ciel, miel, deus moisis, deus Israel, deus
magnus, ne o ubliviscaris me servum tuum N. sed digneris hoc instrumentum tuo
honori praeparatum benedicere per rnagnam potentiam et sapientiam tuam quam
patri meo revelasti, et per omnes angelos tuos quorum nomina illi detexisti et
per nomen tuum, quod est potens Tetragramaton, una vez recitada, grabarás o
harás grabar los caracteres que siguen:
A un lado los nombres Santos, y
en el otro el signo, hecho esto los incensarás y bendecirás, recitando acto
seguido la oración agiel, asel, Sadon etc. Después, lo envolverás en una tela o
tafetán de colores variados y lo guardarás hasta que lo necesite s.
Exorcismo de buril.
En viernes o en martes, hay que
mandar fabricar un pequeño buril de acero parecido al que viene dibujado en la
página de los instrumentos. En el mismo día y hora de Marte o de Venus, harás
grabar sobre el mismo los caracteres siguientes
.
Hecho esto, harás un manguito de boj más o menos
parecido al que está dibujado, y habiéndolo lavado e incensado con una pizca de
enebro, recitarás la oración que sigue:
Asophiel, Asophiel, Asophiel,
Pentagramaton, Athanátos, Eye, Eye, Éye, Kellon, Kelloi, Kelli, ete rne déus
pater meus bene dic instrumentum istud tuo honori praeparatum, ut nihil niši
bonum et salutare cofiát et per gloriam tuam, amén.
Habiéndolo incensado luego, inmediatamente, lo
conservarás muy limpio hasta que tengas que usarlo.
Exorcismo de las plumas
Es preciso que las plumas sean purificadas segun la
costumbre del arte, es decir, que, una vez lavadas e incensadas, tórarás sangre
de cordero y mojarás en la misth a el extremo dé la pluma hasta unos diez dedos
del cañon, recitando luego la oración siguiente:
hamatiel, hel, Miel, Ciel, Joniel, Nasnia, magde
tetragramaton, deus magnus et potens exaudi preces meas et benedic tionis tuae
fructum his calamis impertire digneris amén, sirviéndote de ella cuando la
necesites.
Preparación del tintero
Poco importa de qué material esté hecho, mientras
sea nuevo. Será bastante con bendecirlo e incensario, diciendo: hamatiel,
hel, miel, Ciel, joniel, Nasnia, Magde, Tetragramaton deus potens exaudi praeces
invocantium et benedicas hoc istud vasculum tuo honori preparatum per omnia
opera tua, amén.
Una vez guardado el tintero para su uso en el
futuro, pondrás en el mismo un poco de tinta, la que sea, a condición de qué
esté incensada y que tenga el correspondiente color planetario.
Exorcismo de la taza
Conviene tener una taza para depositar la sangre de
las víctimas, la cual servirá para escribir. Esta taza debe ser de tierra no
barnizada.
Y, al igual que con todos los demás instrumentos,
estando bien lavada, purificada e incensada, llevarás a cabo el exorcismo como
en el caso del tintero, recitando la oración: hamatiel, hel, miel, etc., y en
el lugar donde dice de hoc istum vasculum deberá decirse hoc istud vasculum,
etc. Hecho lo cual, la reservarás para la operación.
Exorcismo del bastón para
Venus
El Bastón del arte se hace con una rama de saúco
cortada en día y hora de Venus. Una vez cortada y raspada o pulida a la medida
de unos dos pies, practicaréis una pequeña hendidura en cada uno de los interespacios
de los nudos. En dicha hendidura haréis penetrar un pedacito de cobre en el cual
habréis grabado el carácter siguiente
a la misma hora de Venus, y, habiéndola cerrado de
nuevo con cera virgen, la incensarás diciendo, Conditor universi Creator
caelorum, ens magnus pentagramaton Eye, Eye, Eye, hiseyros, hiseyros veni,
santificator omnipotens, et eterne deus benedic et purifica baculum istud per
nomen tuum, quod est sanctum et per omnes angelos tuos, amén. Luego,
pondréis un casquillo de algodón en cada uno de los extremos del bastón, y lo
conservaréis hasta que os sea necesario.
Manera de cortar el otro
bastón propio para las
demás operaciones
Hay que cortar un bastón de saúco, de la misma
longitud que el precedente y que tenga la piel fuertemente pegada. En una noche
de cualquier luna, al renovar de ésta, lo asirás con la mano después de
medianoche, y, volviéndolo hacia oriente, lo lanzarás al aire y lo recogerás
sin que caiga en el suelo, al tiempo que recitarás las siguientes palabras:
Gam, qui elex Beque Tsalmaveth, loyra, Rah, qui ata himadi, siblexa vinis
bantexa ema yeneda. Es decir, etiam curn ambulançro in valiem umbrae mortis,
non tirnebo malum quonian tu rnecurn. Virga tua et ,baculum tuum ipsa me
consolabuntur. Repetiras veces la misma ceremonia y las mismas palabras.
Guardarás el bastón hasta que lo necesites.
Exorcismo del infiernillo
Es necesario disponer de un infiernillo propio para
meter el fuego para los incensamientos. Es preciso que sea de tierra negra, no
barnizada, aunque nueva. El fuego tiene que ser hecho con carbones nuevos, y
éste, una vez encendido con fuego nuevo, lo exorcizarás diciendo: deus moisis,
deus Aaron, cus Abraham benedic et purifica hanc creaturam ignis tuo honori
préparatum ut digna sit complacere et purificare omnia loca in quibus accensa
erit amén, lo que habiendo sido hecho, echarás el incienso correspondiente a la
operación, que exorcizarás diciendo: Agios, athanatos, Beron, Ciel dedotois et
eterne Ens Entium sanctificator universi benedic et consecra incensum istud et
sicut fumus istius incensi ad te ascendat sic exaudire digneris preces meas.
Amén. Al recitar esta oración echarás un poco del citado incienso en el fuego,
y guardarás el resto para las operaciones en las que dicho incienso podrá
convenir.
Como quiera que hay que destinar un lugar limpio y
conveniente para la operación, todos ellos serán buenos, mientras se los
purifique.
Purificación del lugar
destinado para llevar a cabo las operaciones
Es preciso que el lugar no haya sido habitado por
persona alguna, principalmente y sobre todo por ninguna mujer durante siete
días antes por lo menos. Luego, habiéndola tapizado con una tela blanca y
lisa, lo exorcizarás recitando: Aeterne sapiens, fortis, potens, Ens Entium
Creator mundi veni in hunc locum, et tua presentia majestate sanctificia hunc
locum ut meo sit puntas Castitas et plenitudo legis, et sicus fumus incensi
istius ad te ascendit, sic in hunc locum descendat virtus tua et benedictio tua
et vos omnes angeli et spiritus omnes hunc consecrationi adstate presentes per
deum verum, vivum et aeternum qui vos sicut et me ex nihilo creavit et qui vos
simul sicut nos uno momento destricere potest et per sapientiam ejus. Amén.
Después de haberlo incensado durante la oración anterior, lo cerrarás, y
cuidarás de que no entre en el mismo nadie más que tú y aquellos que te sean
necesarios.
Exorcismo del vestido
Es también necesario el tener un
vestido limpio y conveniente. A este efecto, es preciso que éste sea
confeccionado con tela de lino blanco, formando un gran camisón que no tenga
otra abertura que el espacio suficiente para hacer entrar en él la cabeza, y
cuya longitud alcance hasta los pies. Tiene que ser más bien holgado y
presentar dos mangas de la misma tela que lleguen hasta las muñecas y que
vengan algo prietas. Este camisón tienen que ser extremadamente blanco, y lo exorcizarás
recitando:
O pater
conditor alme siderum sapientia summa per omnes fortitudines tuus et virtutes
tuas sanctificare digneris vestem hanc tuo honori preparatam Exorciso te
vestis per deum verum vivum aeternurn qui cuncta fecit ex nihilo et mehi sit in
hoc meo opere quod sit impurum sed virtutis pienum. Amén. Y, habiéndolo incensado
como de costumbre, lo guardaras hasta que lo necesites. Es indispensable
también tener unos calzones de la misma tela, los cuales exorcizarás al mismo
tiempo que el vestido.
Exorcismo de las víctimas
Como sea que en todas las operaciones debe haber una
víctima, es preciso que ésta esté purificada, y para ello será necesario
lavarla e incensarla con el incienso planetario. Luego, sobre su cabeza le
afeitarás un pequeño mechón de pelo, encima del cual exorcizarás a la víctima
con sal marina, diciendo:
Sempiterne omnipotens deus in cujus potestate sunt
omnes fines terrae, Sanctifica et tua virtute purifica hostiam istam ut effusio
illius sanguinis tibi occidenti, si voluero nec nc sic in illo tuam mitté.
Benedictionem. Amén.
Después de lo cual, degollarás a la víctima y, con
parte de su sangre, regarás la habitación o lugar destinado para la operación,
recitando: Omnipotens et Misericors deus moisis, deus abraham, deus jacob
sanctifica locum istum, ut per effusionem sanguinis hujus hostiae purae
purifica illum et vos omnes angeli et spiritus venite et colligite sanguinem
istum ut illum offeratis deo supremo. Amén. Por lo que respecta al resto de
la sangre, hay que reservarla como algo muy necesario a su posterior
requerimiento.
Consagración del libro
Hay que componer un librito conteniendo las oraciones
pertinentes a todas las operaciones, signos y caracteres y el nombre de cada
uno de los ángeles. Todo lo cual debe estar escrito con sangre de paloma,
encima de pergamino virgen, y, a continuación, consagrarás de la siguiente
manera dicho librito a las divinidades supremas, es decir, al Gran Dios y a los
espíritus bienaventurados:
En el sitio destinado y purificado pondrás una
mesita blanca y pura, encima de la cual estará el librito abierto en el lugar
donde está el gran pantáculo, y, después de haber encendido una lámpara que
estará suspendida en el centro de la mesa, rodearás dicha mesa con un cortinaje
blanco y, listo todo lo cual, te revestirás con los hábitos del arte y, tomando
el libro abierto, recitarás:
Adonai, heloim, hel, ye, Eye, ye princeps principium,
ens entium, miserere mei et respice in me servum tuum N. qui te devotissime
invocat et te per nomen tuum sactissimum tremendum. Tetragramaton supplicat ut
sis propicius et felix mihi in operationibus meis et jubeas angelis et
spiritibus tuis venire et sedem in hoc loco ponere. O vos omnes angeli spiritus
stellarum, o vos omnes angeli spiritus clementorum, ó vos omnes spiritibus
adstantes ante faciem dei conjurat vos minister et servus fidelis altissimi
conjurat vos deus ipse ens entium o tetragramaton, ut nunc et nunc veniatis et
adsistatis huic operationi. Venite orat vos et supplicat humilissime servus
dei. Amén.
Recitada la oración, incensarás con incienso correspondiente
al planeta y pondrás el libro encima de la citada mesa, teniendo el cuidado de
que el fuego, o sea la lámpara, sea perpetuo durante la operación. Una vez la
cortina cerrada de nuevo, esperarás hasta el siguiente día a la misma hora, en
que harás lo mismo, incensando el libro con incienso correspondiente al
planeta dominante del día, y harás eso durante siete días consecutivos,
empezando por el sábado a la hora del sol, al igual que en los demás días, y
cuidando de que día y noche esté la lámpara encendida, después de lo cual,
encerrarás el libro en un agujero practicado a propósito debajo de la mesa,
donde lo mantendrás hasta que lo necesites. Y cada vez que quieras cogerlo,
hará falta de antemano revestirse con los hábitos del arte y encender la
mencionada lámpara, y, de rodillas, abrir dicho agujero recitando, al tiempo la
oración precedente, Adonay, heloim, etc.....
Al consagrar el librito es necesario también llamar
a todos los ángeles que están descritos en el mismo en forma de letanías, lo
cual harás con la devoción requerida, y, aunque los ángeles y espíritus no
hubieran aparecido al consagrar el libro, no hay que asombrarse por ello,
puesto que, siendo de naturaleza pura, les duele el familiarizarse con los
hombres, que son inconstantes e inmundos.
Mas, la perseverancia los obliga a nosotros, y, si
se han llevado a cabo y hecho las ceremonias y los caracteres, están obligados
a venir hacia nosotros y despojarse de todo orgullo digno de un espíritu puro.
Por ahí llegará el que, la primera vez y a la primera invocación, podrás verlos
y comunicar con ellos fácilmente. Asimismo te recomiendo, hijo mío, de no
emprender en modo alguno obras inútiles e inmundas, ya que lo inoportuno de tu
hacer mediante esas operaciones, lejos de atraértelos, los echarías del todo;
por lo cual te sería luego muy difícil el llamarlos de nuevo para operaciones
útiles, santas y necesarias; lo que te servirá de enseñanza para no emprender
nada vano, inútil e impuro.
Después de haberte mostrado la manera cómo llevar a
cabo las ceremonias, es preciso que te diga algo sobre la naturaleza de los
espíritus, de los que hay de muchas clases, es decir, que habitan en distintas
comarcas y distintos elementos; ya que, por ejemplo, Raphael es un ángel ígneo
porque habita en el fuego y, al mismo tiempo, es el jefe o cabeza de los
espíritus que habitan en el mismo; asimismo es él uno de los siete ángeles que
presiden ante la faz del Gran Dios. También es el ángel dominador de la
estrella denominada Venus, presidiendo el viernes. Y así también puede decirse
lo mismo de los demás ángeles cuyos nombres doy a continuación, así como sus
cualidades elementales, todo ello ordenado como lo verás en la siguiente tabla:
Cada uno de los ángeles tiene su carácter, y tú
debes saber que hay siete cielos, habitados por siete estrellas a las que se
las llama planetas, los cuales, a su vez, están habitados por legiones de
ángeles.
Estas doce casas son
asímismo estrellas fijas a las que se llama signos, y poseen virtudes particulares
y muy fuertes, puesto que están habitadas por ángeles y espíritus puros.